Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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domingo, 29 de septiembre de 2013

DDM: Capítulo 83

¡Hola a todos!

Lo primero de todo es pediros perdón por haber tardado tanto, pero es que finalmente, conseguí que mi viaje fuera bien, y aquí estoy, al otro lado del charco. Intenté meterme en Blogger antes, pero por culpa de mi situación geográfica, Blogger creía que me estaban robando la cuenta... Pero hoy por fin he conseguido meterme, así que he decidido subir el capítulo 83. Espero que os guste, de verdad (y no estaría mal conocer vuestras opiniones en los comentarios, ya sabéis que siempre me animáis el día, y eso, ahora mismo, no me vendría nada mal...) :)

También quiero que sepáis que a pesar de mi ausencia, he leído todos los capítulos que habéis ido subiendo en vuestros blogs, pero no podía comentar por ese problema de Blogger y mi situación actual... ;)

En fin, espero poder tener más tiempo, al menos para ir escribiendo los siguiente, porque me sabe fatal estar fuera tres meses y dejaros colgados. Así que voy a hacer todo lo posible por subir con frecuencia (bueno, lo voy a intentar, pero no prometo nada...) Y sin más dilación, os dejo con el capítulo 83...

¡Espero que os guste! :)








Salió de la embarcación pero se quedó parada en medio de la rampa de madera que llegaba hasta el muelle y entonces se giró para comprobar que nadie la seguía. Entorné la puerta de mi escritorio con rapidez, deseando que no me hubiera visto. Esperé unos segundos antes de abrirla levemente para ver si seguía mirando. Suspiré de alivio en cuanto vi que seguía con su camino.

Pensé en pararla y preguntarla, pero decidí seguirla sin que se diera cuenta debido a la curiosidad que sentía. ¿Dónde iba Liv a aquellas horas de la noche? Porque, si no estaba equivocada, era aproximadamente medianoche.

Antes de salir me enfundé la gabardina marrón de cuero que había conseguido recientemente y me calcé las botas y salí de mi escritorio sin hacer ruido, dejando atrás a un Dan profundamente dormido.

Corrí por la cubierta con sigilo para no perder de vista a Liv y después bajé la rampa hasta llegar al muelle que crujió bajo mi peso. Me quedé quieta durante unos segundos, con la vista fija en Olivia, pero no pareció haberlo oído, así que seguí trotando a varios metros de ella.

Entonces Olivia se paró, y yo corrí a esconderme tras la pared de un edificio. Oí su voz, supe que estaba hablando, pero estaba demasiado lejos como para saber qué es lo que decía. Me asomé ligeramente, lo suficiente para confirmar que sí estaba hablando. Y vi la sombra de otra figura frente a ella, oculta por el propio edificio en el que me escondía.

No sabía qué hacer. ¿Con quién hablaba? ¿Para qué? ¿Y por qué a medianoche? Comencé a imaginarme historias terrorífica y me obligué a parar. Liv era lo suficientemente madura como para saber lo que hacía.

Pero aún así, necesitaba saber qué estaba ocurriendo.

Agucé el oído y pude oír la voz de Olivia:

- Ten cuidado...

No estaba segura de si era eso lo que estaba diciendo, o se lo estaba imaginando mi cerebro.

- Lo sé. -contestó la voz... masculina.

No podía asegurar que había dicho eso, pero sí sabía que era una voz masculina. Y la oí tan de pasada que no la reconocí. ¿Por qué iba Liv a decirle a un desconocido que tuviera cuidado?
Entonces oí pasos acercándose a mí y supe que habían terminado su conversación nocturna.

Me pegué a la pared del edificio, y cuando vi aparecer a Olivia, la agarré de la muñeca y se sobresaltó de tal forma que por poco me empuja contra la pared.

- Me has asustado. -murmuró, respirando con rapidez.

- ¿Con quién hablabas, Olivia? -pregunté.

Se quedó callada durante unos segundos.

- Un hombre. -contestó. -Quería saber cuando podía hablar contigo para pedirte ayuda sobre un asunto... Ya sabes, para ver si podías repartir justicia. -completó, tratando de sonar graciosa.

- ¿Cómo se llamaba?

- Garrett, si le he entendido bien.

- ¿Y le has dicho que la Princesa de los Mares está disponible durante el día y no a medianoche? -inquirí, caminando hacia donde habían hablado Liv y el tal Garrett.

Miré hacia ambos lados de la calle, tratando de ver alguna figura lejana, pero no había nadie. Ni rastro del hombre; había desaparecido. Después me giré hacia Liv, y la miré con preocupación. No me acababa de creer lo que me contaba.

- Olivia, prometo que no me meteré en tus asuntos, sé que eres lo suficientemente mayor y lista, pero... dime que no estás metida en problemas. Prométeme que estás bien.

- Estoy perfectamente, no estoy metida en problemas. Te he dicho la verdad. Ese tal Garrett quería una consulta, me le encontré después de arrestar al ladrón, y me dijo que quería verme aquí y a medianoche.

- ¿Y has acudido a su encuentro, así sin más? Liv, podría haberte pasado algo... -murmuré, con un ligero toque de angustia.

No podría soportar que la pasara algo malo.

- Tienes razón. -acabó por decir, bajando la mirada. -Ha sido muy imprudente por mi parte... Supongo que debo dejar de confiar en personas desconocidas... Perdona, he sido muy irresponsable. Pero lo importante es que no me ha pasado nada, ni me ha hecho nada.

Suspiré, cerrando los ojos, mientras asentía.

- Volvamos al barco, es muy tarde.

Caminamos en silencio hasta llegar al muelle. Yo no podía evitar sentirme intranquila, a pesar de que Olivia me había asegurado que todo estaba bien y que no estaba metida en problemas. Lo que había ocurrido había sido demasiado extraño y confuso. Y si Liv decía la verdad, ¿por qué le había dicho que tuviera cuidado a ese tal Garrett?

- Por cierto... -comenzó Olivia, sonriendo. -¿Me has seguido? ¿Me has estado espiando?

- Bueno, oí ruidos y no sabía quién era, así que me asomé y... eras tú.

Sabía que no estaba bien eso de seguir a la gente, y menos cuando estaba claro que no querían que se les siguiera...

- Y decidí seguirte. Pero deberías estarme agradecida, porque si al final hubiera sido una trampa, yo habría podido salvarte... -añadí, con una sonrisa.

Olivia se encogió de hombros a modo de respuesta y por fin llegamos a mi barco. Nos despedimos en la cubierta, y antes de que se metiera en la bodega, le dirigí una mirada de advertencia, para que le quedara claro lo que pensaba de su escapada nocturna.

Seguidamente me metí en mi escritorio con sigilo para no despertar a Dan. Me quedé apoyada en la puerta durante largos minutos, observando cómo su pecho subía y bajaba con lentitud. Convenciéndome de que era todo lo que necesitaba, y de que él se merecía algo mejor. Una versión mejorada de mí misma.

Me tumbé sobre la cama, a su lado, y me tapé con las sábanas sin hacer mucho ruido. Suspiré y cerré los ojos, deseando que las pesadillas se hubieran acabado por aquella noche.

Y en efecto, las pesadillas no me molestaron.


                                              ***


Al día siguiente, cuando me desperté, Dan seguía dormido plácidamente. Era extraño, pues siempre se levantaba antes que yo. Decidí no despertarle.

Me cambié de ropa con rapidez, me peiné ligeramente el pelo con los dedos y salí del escritorio. Parte de mi tripulación ya estaba sobre la cubierta, tratando de despertarse del todo.

Cuarenta minutos después, Dan salía de mi camarote, vestido y peinándose levemente el pelo. Me sonrió y se acercó a mí, con paso firme y decidido.

- Buenos días.

- Buenos días, dormilón. -contesté.

Su sonrisa se hizo más amplia y seguidamente me besó de manera fugaz.

- He estado pensando que quizá esté bien quedarse aquí otro día. -hice una pausa, barajando la posibilidad de hablarle de lo que ocurrió ayer. -Ya nos iremos mañana, o esta misma noche si prefieres.

Dan enarcó las cejas.

- ¿Algún motivo en especial? -inquirió, ladeando la cabeza.

- Ayer por la noche... vi a Liv saliendo del barco a medianoche. La seguí y la vi hablando con alguien. Después me explicó que era un hombre que quería hablar conmigo para hacer una consulta, así que es probable que aparezca hoy... No sé, tal vez fuera importante lo que necesitaba...

- Suena extraño. -respondió Dan. -Pero haremos lo que nuestra capitana desee. Tenemos derecho a quedarnos en cada ciudad el tiempo que queramos, así que...

Sonreí, y esa vez fui yo la que le besó.

Por la mañana no teníamos nada que hacer, así que Dylan me ofreció dar una vuelta por el puerto, junto a Diana, para pasar el rato. Yo acepté, y a Dan no pareció importarle.

Olivia no se unió a nosotros, ya que decía que quería estar con Marcus y cuidar de la pequeña por Diana para que pudiera disfrutar. Nadie contradijo sus palabras.

Caminamos durante varios minutos hasta llegar a una pequeña playa solitaria, cerca del puerto, que más que arena tenía rocas. Decidimos sentarnos al borde de una de las rocas y hablamos de cosas sin importancia.

Por un momento, me olvidé de lo de anoche, de si Liv estaba a salvo o no, y me limité a reír y a disfrutar junto a Dylan y Diana.

- Era pescador. -contestó Dylan a la pregunta que había formulado Diana: "¿En qué trabajabas antes?". -Sí, -añadió, entrecerrando los ojos. - era un trabajo bastante duro, así que lo dejé.

- Seguro que no tanto como el de ser madre... -murmuró Diana, soltando una débil carcajada, tratando de liberarse de la tensión de sus últimos meses de vida con la pequeña Kathlyn.

- Tienes razón, ese trabajo está en el puesto número uno de dureza. -comentó Dylan, sonriendo. -¿Y tú, Katherine? He oído que te gusta mucho el agua... -dijo con voz burlona.

- Bueno, depende... -quise contestar.

Pero no llegué a completar la frase, porque Dylan se levantó con rapidez y me rodeó con sus fuertes brazos, levantándome de la roca. Grité, riendo, exigiéndole que me soltara, pero hizo caso omiso de mis palabras.

Llegó hasta el borde de la roca, sin soltarme, y supe cuál era su intención. Tal vez demasiado tarde, porque cuando quise decirle que ni se le ocurriera, me lanzó por las aires y dejé de sentir sus brazos rodeando mi cuerpo.

El agua estaba congelada, y se me cortó la respiración. Salí a la superficie, jadeando por el frío. Quise parecer seria y enfadada, pero al final me eché a reír, nadando hasta la roca. Me impulsé con las piernas y me senté en la roca, mientras me pasaba las manos por el pelo para escurrirlo. Entonces vi que Diana también se había levantado, y que comenzaba a saltar de roca en roca para alejarse de Dylan que al parecer quería tirarla al agua también.

- ¡¡Corre, Diana!! -la animé, terminando de escurrir el agua de mi cabello.

Me temblaba el cuerpo, pero casi no notaba el frío. Les vi llegar a parte de la playa que era arenosa, y entonces Dylan consiguió atrapar a Diana. La alzó del suelo con aparente facilidad y se metió en la orilla hasta que el agua le cubrió las rodillas, y seguidamente tiró a Diana, que cayó al agua lanzando un chillido, el cual quedó ahogado al sumergirse entre las olas.

Me froté los brazos, tiritando, y comenzando a notar el frío mordiéndome la piel como si fueran pequeños puñales. Caminé sobre las rocas, sin sentir los pies, por lo que estuve a punto de caer varias veces. Finalmente llegué a la playa, y vi cómo Diana reía y agarraba de las manos a Dylan, tratando (sin éxito) de vengarse y hacer lo mismo.

Y mientras les miraba, mientras veía cómo se reían y cómo se sonreían el uno al otro, tuve la sensación de que existía una conexión especial entre ambos.


                                                  ***


- ¿No me vas a perdonar...? -susurró Dylan, poniendo un tono falso y forzado de tristeza.

Sacudí la cabeza, riendo, mientras me frotaba los brazos para entrar en calor. La gente nos miraba raro, y no era de extrañar; estábamos calados hasta los huesos. Caminábamos de vuelta al barco, después de que entre Diana y yo consiguiéramos tirar a Dylan al agua.

Me pasó un brazo por los hombros, arrimándome a él.

- ¿No? -inquirió, haciendo pucheros.

Sacudí la cabeza, tratando de contener la risa. Puede que diera otra sensación distinta, pero aquel gesto de pasarme el brazo por los hombros no era más que algo amistoso. Y Dylan y yo lo sabíamos, así que en realidad me daba igual lo que la gente pensara.

- Bueno, no insisto porque sé que eres muy cabezota, así que paso a Diana.

Solté una alegre carcajada, observando cómo hacía lo mismo con Diana. Igual, pero con una diferencia; cómo la miraba.


                                           ***


Nada más llegar al barco, corrí hacia mi escritorio para cambiarme de ropa y poner a secar la otra. Tenía un conjunto de tres toallas en el armario, por si acaso, así que usé una quitar el exceso de agua de mi pelo (otra vez). Inconscientemente, fui a mirarme al espejo dorado de mi madre, y me encontré con el marco vacío. Suspiré, odiándome por aquella noche en la que lo rompí. No tenía ni idea de qué valor tenía, y odié aún más mi cerebro por haber perdido la memoria. Nada de eso debió haber pasado.

Cerré los ojos y me giré, secando mi pelo con la toalla áspera y desgastada. Entonces vislumbré algo debajo de la almohada, sobre la cama. Me acerqué, confundida. Levanté la almohada y dejé al descubierto un papel cuidadosamente doblado en dos partes completamente simétricas. Parecía nueva. La cogí y la desdoblé, invadida por la curiosidad.

"¿Por qué no me esperas esta noche en el bosque que hay justo al salir del puerto, bordeando la costa? Supongo que ya sabrás quién soy, pero aún así mantén el misterio. No digas ni una palabra, quiero que esta noche sólo estemos tú y yo. ¿Serás capaz de ocultárselo a Liv? Te quiero."

Nada más terminar de leerla, sentí el rubor extendiéndose por mi rostro. Sí, sin duda sabía de quién era. Sonreí tontamente, mientras me imaginaba a Dan escribiendo esa nota. "¿Serás capaz de ocultárselo a Liv?". Estaba claro que me conocía demasiado bien...

Doblé la nota, sin dejar de sonreí, y la guardé en un cajón de mi mesa. Suspiré, y después de respirar varias veces para calmar la emoción de después de leer la nota, salí fuera. Aún seguía teniendo frío, pero estaba demasiado concentrada en desear que llegara la noche como para ser consciente de ello. La verdad es que me emocionaba la idea de pasar más tiempo a solas con él, y olvidarme del mundo entero.

Dan estaba hablando con otro joven tripulante, Josh, y cuando me vio salir, me dirigió una mirada traviesa y divertida. Yo le sonreí, alzando las cejas y me metí en la bodega, donde me encontré a Dylan sosteniendo entre sus brazos a la pequeña Kathlyn. Diana miraba a su hija de manera tierna, y Liv y Marcus sonreían por detrás.

Aquella situación reforzó mi idea sobre su vínculo; pensé que quizá, Dylan podría hacerla feliz.


                                            ***


Por la tarde, no recibimos ninguna consulta, y menos de aquel tal Garrett, lo que me hizo tener un mal presentimiento sobre la "explicación" de Liv. Ella misma me había dicho que los secuaces de la reina podían aparecer en cualquier momento, y por ello no debía confiar en nadie... Pero todas esas dudas que me aterraban, se vieron eclipsadas por el hecho de que la noche llegaba, y con ella mi encuentro "secreto y misterioso" con Dan. Pensé en que podía aprovechar aquella noche para hablar con Dan sobre el tema de que podíamos estar en peligro...

Cuando estuve segura de que fuera estaban todos dormidos, salí de mi escritorio y deslicé la mirada por la cubierta. Todo estaba oscuro y silencioso y me apresuré, ya que Dan debía estar esperándome; hacía una hora aproximadamente que había desaparecido. Bajé la rampa de madera hasta llegar al muelle, y sin perder tiempo, aceleré el paso para salir del puerto. Me arrebujé en la gabardina que llevaba sobre los hombros para protegerme del frío. El cielo estaba cubierto de nubes, así que no alcanzaba a ver las estrellas.

Minutos después de caminar entre la oscuridad, saliendo del puerto, divisé el pequeño bosque que lindaba con la costa. Apreté el paso, hasta llegar a la primera fila dispersa de árboles, y me interné en el oscuro bosque.

La humedad del aire se me pegaba a la piel del rostro formando una capa ligeramente pegajosa. Me obligué a caminar con decisión, tratando de esquivar las raíces de los árboles que surcaban la tierra, sembrada de largas sombras. Miré a mi alrededor, buscando algo, algo que me indicara que me acercaba, pero sólo encontré oscuridad y silencio. Los ojos castaños de Dan aparecieron en mi mente y me calmé.

Me alisé la camisa, a pesar de que no tenía ni una arruga, y estiré los cordones que ciñeron un poco más el corsé sobre mi torso, para después cruzar la gabardina sobre mi pecho. Y mientras lo hacía, me pregunté que por qué estaba siendo tan perfeccionista. Sacudí la cabeza y miré a mi alrededor. ¿Dónde estaba Dan?

Oí unos chasquidos a mi espalda, y me quedé completamente quieta, mientras mis labios se curvaban en una sonrisa.

- Siento no ser la persona que esperabas. -dijo de pronto una voz masculina.

Perdí la sonrisa, mis músculos se agarrotaron y se me cerró la garganta. Un aluvión de pensamientos, preguntas, palabras y sentimientos me barrió de arriba abajo. Pero sobre todo sorpresa. Porque lo que dijo a continuación, no se correspondía con lo que había en mi cabeza.

- Soy Garrett.

Me obligué a girar con lentitud, hasta poder ver el rostro de una persona que no era Dan.

Al parecer, lo único que no había cambiado era el intenso color verde de sus ojos.




6 comentarios:

  1. Jo, que alegría volver a leerte... De verdad, espero que estés a gusto allí y que te traten muy muy bien :)) Estoy encantada con que te puedas meter en blogger y darnos estos maravillosos capítulos. Sinceramente es que necesito el siguiente porque este me ha dejado así ... *-* O-O *^* ·___· (Y más caras de expectación) ¿Sabes lo contenta que estoy?
    Espero que esto te lo resuma: JKHBDKJHVDKJHVEKJHVDJHEVDKJHVDJHVEFKJVHFKJV Bien.

    Creo que deberías saber que el capítulo está muy muy muy muy bien escrito, como todos que es emocionante y divertido... Angustioso y apasionante y que me encanta.
    Por cierto, si puedes me dices que tal llevas el blog de Quédate una noche más (I NEED OPINION)
    Disfruta de la experiencia lindaaaa <3

    Un besito :)

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  2. Dios, sabia que volverias a hacernos esto. Dejarnos con la intriga de quien a quien se encuentra Katherine, a pesar de que todos sepamos que es JACOB, PORQUE SI NO ES ÉL...
    Genial capitulo de verdad. Me alegro que puedas subir capitulos y ya espero el siguiente con ganas. Un beso y que te lo pases bien :)

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  3. Jacob si!!!!!! esperaba este momento. ojala y puedas subir pronto el siguiente capítulo saludos y disfruta de tu viaje

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  4. SE QUIEN ES ! SI SI SI ! SOLO DIGO ESO :)

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  5. Wooooow!!! ME ENCANTAAAAAAA *_* Madre mía, me has dejado con la intriga aunque ya supongo quien puede ser ;)

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  6. Júrame por lo más sagrado del mundo que es JACOB, el PERFECTO Y DULCE JACOB, JÚRALO!!!
    ayayayayayayayayaay aisdfhgklsjfgnsdligjsdnfg ojos verdes omg omgomgomgomgomgomg. Que intriga no tardes en subir el siguiente porfis :3
    PD: están hechoS el uno para el otro... pero si Jacob cambia de opinión... ¡ME PRESENTO VOLUNTARIA!

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