Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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lunes, 28 de mayo de 2012

DDM: Capítulo 7

Aquí está el 7 ;) He cambiado la letra, porque me parecía que costaba bastante leerlo. Espero que os guste!



Recordaba cada dos por tres la conversación con Harry sobre el tejado de la posada. ¿Cómo podía pretender que lo olvidara...? Harry conocía todos los detalles de mi odio hacia aquella rata, babosa o el animal más feo que se me pueda ocurrir.
Nos encontrábamos en el muelle, a primera hora de la mañana, cargando con las cajas de comida para nuestro viaje. Cogí una, que no me costó llevar, y me dirigí a la bodega del barco. Todo estaba lleno de cuerdas, todas ordenadas, y cajas de madera bien apiladas, con nuestras provisiones.
Coloqué la mía sobre otras, y me dispuse a darme la vuelta. Y me encontré cara a cara con Jacob, tal vez demasiado pegada a su enorme cuerpo.

"¿Le escupo...?" me dije, divertida. No, por favor, Katherine, tú eres más.

Dejé entre los dos unos cuantos centímetros, y evité su mirada. Cuando vi que no me iba a dejar pasar, dije, con voz firme:

- ¿Puedo pasar?

- No. -contestó.

Resoplé. Lo que me faltaba. Alcé una mano para apartarle, aunque no quería ni tocarle.

- ¿Qué nos pasó, Green? -acabó por preguntar, sin apartarse.

- ¿Qué? -exclamé. -Dios... ¿me dejas pasar?

Jacob se echó a un lado, abriéndome paso. No lo dudé, y avancé, a grandes zancadas, para alejarme lo máximo de él. Tuve unas enormes ganas de salir de aquella bodega. Sentía que me ahogaba... ¿Dónde estaba el oxígeno que necesitaba...?

- Katherine. -me llamó, por primera vez en mucho tiempo, por mi nombre.

Me quedé parada. Recuerdos, y más recuerdos.

- No quiero hablar contigo, Jacob. -solté, medio bufando.

Eché a andar, pero él, en una gran zancada, se acercó a mí y me agarró de un brazo, obligándome a frenar y girarme hacia él.

- Nunca quieres hablar. -susurró, serio.

- Dejé de querer hablar contigo desde hace mucho tiempo, Jacob. -solté, sin mirarle.

- Pero antes habrías dado cualquier cosa por tenerme delante. -dijo.

- Efectivamente, habría. Pasado, Jacob, pasado.

- ¿Y ahora no...? -susurró, acercándose a mí.

Daba pequeños pasos hacia mí, y yo retrocedía y retrocedía. No tenía miedo de él, tenía miedo de los recuerdos, de mis antiguos sentimientos. Llegó un momento en que ya no pude avanzar más, estaba arrinconada contra la pared. Siempre tan oportuna...

- No. -solté, decidida. Sin miedo, como debía ser.

Demasiado cerca, y con eso, más recuerdos. Me concentré en respirar, en respirar. En llenar mis pulmones con aquel oxígeno que parecía inexistente para mí.
Era imposible mantener la calma con Jacob delante, a escasos centímetros de ti. Sí, le odio, por todo lo me hizo, pero es demasiado guapo. Alto, con unos increíbles ojos verdes, pelo rubio ceniza, musculoso... 

- Te odio. -dije, para frenar lo que estaba pensando, y para que nos quedara claro a los dos qué es lo que sentía. -¿Qué pretendes? 

Él se encogió de hombros, observando mi rostro con detenimiento. Desvié la mirada, hacia el suelo, y me crucé de brazos.

- Tengo cosas que hacer, Jacob. ¿Qué quieres? 

Y me armé de valor, para empujarle con mis manos, hasta alejarle lo suficiente de mí.

- Te doy un aviso. Si quieres salir vivo de este viaje, mantente a una mínima distancia de mí. Nada de acercarte tanto cuando quieras. ¿Entendido?

Me dirigí a las escaleras, a punto de subir, pero me giré, y añadí:

- Ah, y no me vuelvas a llamar Green. Soy Katherine Greenwood Wells, la Princesa de los Mares, y en este viaje, yo soy la capitana. -hice una pausa, mirándole de arriba abajo. -Y no quieras saltarte estas normas, Fellon. Sabes que soy capaz de matarte, y ganas no me faltan.

Él asintió, con su típica sonrisa divertida.

- Recuerda que en este viaje estamos los dos. ¿Será nuestro destino estar juntos, capitana Katherine Greenwood Wells? -dijo, burlón.

- Ni lo sueñes, Fellon. -dije, medio sonriendo.

Salí de la bodega, dejando a Jacob dentro.
Me sentía bien después de haberle dicho eso. Yo era su capitana, con todas las letras, y tenía un nombre y unos apellidos, nada de "Green". Así es como solía llamarme antes, pero ahora estamos en el presente.

Después de terminar de transportar las cajas al interior del barco, nos dispusimos a partir. De vez en cuando me dirigía sonrisas divertidas. Yo ponía los ojos en blanco, y me giraba, sin hacerle caso.

Los días pasaban con lentitud para algunos, y con rapidez para otros. Yo era de los del segundo grupo.
Todas las noches, cuando decidíamos parar en medio del océano, Harry y yo solíamos quedarnos en un barco, y hablar hasta que tuviéramos sueño. Y aquella noche, fui yo la que salté a su cubierta. Harry me recibió con un abrazo y una dulce sonrisa.

Mi padre siempre me decía que en la vida, tenías que buscar a tu estrella, esa persona que te guiara por el camino. Y siempre me hacía la misma pregunta. ¿Sería Harry mi estrella?
Nos quedamos apoyados, uno al lado del otro, sobre la barandilla de madera, observando el mar oscuro, que imponía sobre todo por la noche.

- Tu sueño siempre fue vivir en el mar. Me acuerdo. -sonrió.

- Y lo he conseguido. -dije, triunfante.

- Mi Katherine consigue todo lo que quiere.

Nos quedamos mirando fijamente el uno al otro. Sus ojos tenían algo distinto... Podían ser comunes, y todo lo que la gente dijera, pero la fuerza y la vida que transmitían eran tan grandes, que dejaban de ser comunes para volverse únicos y los más especiales.

Algo se revolvió en mi interior, como mil mariposas volando en mi estómago. Esa sensación... sólo la había sentido una vez en mi vida, y fue... cuando vi a Jacob por primera vez.
Harry miraba mi boca de vez en cuando. ¿Sería el momento...? ¿Por qué no? Y en ese momento, supe que no tenía que tener miedo, que Harry podía ser mi estrella definitiva, que él nunca me haría daño.
Nuestros rostros se acercaron, y nuestros labios estaban a punto de juntarse, cuando...

- ¡Harry!

Los dos nos separamos con rapidez, y nos giramos a la vez. Una chica, con el cabello largo y rubio, y ojos grises, de figura esbelta se acercaba a nosotros.

- Jacob te llama. -una sonrisa perfecta asomaba de sus labios.

Harry resopló, y se giró:

- Luego hablamos, Kathy.

Y se alejó de mí, yendo hacia el cuarto-habitación de Jacob. La chica, en vez de alejarse, se quedó junto a mí, observando el mar conmigo.

- Jacob es espectacular... -comenzó.

Genial, lo que me faltaba. Una chica hablando de lo perfecto y maravilloso que era Jacob Fellon. Yo asentí, distraída, casi sin prestarla atención. Que hablara, que mis oídos no estaban centrados en ella.

- Dios... Estoy muy contenta de haberle conocido. -susurró, feliz.

- Sí, yo no... -dije, muy bajito, y girando la cara.

- ¿Qué? -preguntó.

- Nada. -dije, acompañado de una leve sonrisa.

- Por cierto, me llamo Elizabeth Gray. 

- Yo soy Katherine Greenwood. Princesa de los Mares. -dije, despreocupada.

Ella, sorprendida, hizo una reverencia.

- Pero Jacob es mío. -dijo, sonriendo. -Aunque sea el Príncipe y tú la Princesa. 

- Sí, Elizabeth, todo para ti solita. -dije, suspirando, algo cansada. -Que estemos en la posición en la que estamos no significa que tengamos que estar juntos.

- Ha sido el mejor día de mi vida. -dijo, volviendo a su mundo.

Me giré, para mirarla. Esperé a que continuara, por simple cortesía.

- Hoy Jacob me ha besado.

No pude evitar soltar una suave carcajada.

- Jacob suele besar con facilidad. Su requisito es que seas chica. Bueno, y guapa.

Ella me miró de arriba abajo, y cambió su rostro:

- ¿Estás celosa?

- ¿Perdona? -dije, atragantándome.

- Que si estás celosa porque que me haya besado.

- No, no. -reí.

- Yo creo que sí. - "¿Quién eres tú para creer que sí?" pensé. -Sé que le perdiste. -dejó caer.

Me quedé atónita ante sus palabras. Espera, espera... ¿que yo le perdí? ¡Pero de qué habla!
Su sonrisa parecía malvada, y victoriosa.

- Me lo ha contado... -hizo una pausa. - ... Green.

Y de pronto, aquella chica que en un principio me había parecido una pobre tonta e inofensiva, ahora me parecía una víbora que rebosaba veneno.

- No te creo. -solté, sin mirarla.

- Sí, querida... Me ha contado lo que pasó entre vosotros. Le perdiste por tonta. -rió. -Me ha contado que no dejabas de lloriquear por él... -e imitó el sonido del llanto.

Eso... eso... eso era exagerado... Y ahora sí que le odiaba. Maldito imbécil...
Elizabeth reía victoriosa, y la callé con una mirada asesina, fría, cortante. La agarré de la pechera, con rabia, y la hice inclinarse en la barandilla, de espaldas, doblada.

- Sois tal para cual. -siseé.

Apreté su espalda contra la madera, haciendo que gimiera de dolor. Y quise soltarla, y que cayera al mar frío. Por esa lengua y corazón de víbora venenosa.
Pero no lo hice. Porque al que de verdad quería asesinar era a Jacob.
La solté, dejándola sobre la cubierta, por desgracia, viva. Aceleré el paso, hacia su cuarto-escritorio, y abrí la puerta sin llamar y de un empujón.

- ¡Eres...! -exclamé, ya dentro.

Jacob estaba sentado en una cama, y Harry apoyado en la pared, de brazos cruzados. Los dos me miraron sorprendidos.

- ¡Tú! -señalé a Fellon. - ¡Eres una sucia rata callejera!

Alzó las cejas, y antes de que dijera nada, le agarré de la camiseta, tiré de él, haciendo que se levantara, y le empujé contra la pared, con fuerza. Cerró los ojos durante una milésima de segundo, sorprendido.
Apreté los dientes, y le golpeé contra la pared otra vez.

- ¡Cómo te atreves a contarlo! ¡Y encima mientes!

Y en vez de golpearle otra vez, le tiré al suelo, descargando mi rabia. Él me miraba, más que sorprendido. Dirigí una mirada a Harry, que estaba inmóvil, y salí de aquel sitio. Sin poder reprimir las lágrimas. Una mezcla de rabia y de tristeza en cada gota. Maldito mentiroso...
Y salté a la cubierta de mi barco, hacia mi habitación.
Maldita babosa sin corazón...

"-Jake, ¿me quieres? -susurré.
- ¿Lo dudabas, Kathy?"  

Y grité, sin poder evitarlo.



5 comentarios:

  1. Aquí me hallo llorando :'( JOBAR,aunque luego Elizabeth se vuelva buena (Si se vuelve buena) La odiaré..................... Lo que más me ha gustado ha sido el recuerdo :') ES PRECIOSO!!! Espero con muchas ganas el de mañana,cada vez con más! <3

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    1. Ya veré que hago con Elizabeth jajajaja Habrá más cosas de estas, porque ya he dicho que cambia varias veces, y que se derrumba etc, etc xD Muchísimas gracias Carol! Mañana, ya sabes :)
      <3

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  2. P_t_ Elizabeth, por mi te la puedes cargar!!
    Me encantaa!
    Estoy mas que enganchadaa!!
    Pero x favor que no sufra tantoo Kathy!!

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    1. Jajajajaj pensamos lo mismo jejejeje Ya sufrirá ;)
      Muchísimas graciaas! ^^
      Y Kathy... bueno xD jajajaja y se irá viendo lo que pasa ;)

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  3. Ala :'( Que trsite y que bonito, me estoy poniendo al día así que te escribiré de vez en cuando :)

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