Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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domingo, 27 de mayo de 2012

DDM: Capítulo 6

Aquí está el capítulo 6 :) Aviso, por lo general, será un capítulo cada día, salvo ocasiones en las que no tenga tiempo, que será en los exámenes, pero de eso ya avisaré ;)





Después de gritar en mi habitación, y de tirar una cuantas cosas al suelo, me quedé ahí toda la tarde. Diana llamó a la puerta varias veces, pero yo me negué a que pasara. Necesitaba pensar. Pensar en todo, e intenta aplacar mi odio hacia Jacob Fellon, el Príncipe de los Mares; mi acompañante en este viaje.

He de admitir que me venían ideas macabras. ¿Por qué no tirarle al mar, y decir que fue un accidente...? Creo que todos sospecharían, después de verme echa una furia en nuestro encuentro.
Descarté la idea de su muerte.
Pero no me quedaba otra: debía convivir con él durante estos días.
Y no sólo pensaba en Jacob, que ocupaba la gran mayoría de mi mente, también pensaba en la Isla de las Voces. íbamos sin rumbo alguno, todavía no habíamos encontrado algo que nos ayudara a comenzar a tejer el viaje y descubrir el misterio...

Al día siguiente, queriéndolo o no, tuve que salir. El barco de Jacob, bueno, el barco de la babosa, iba detrás del nuestro. No pude evitar esbozar una sonrisa de victoria; en este viaje, yo sería su superior. ¿Por qué no...?

Junto con Dan y con Diana tracé nuestro rumbo. Lo mejor sería parar en alguna isla que encontráramos, en la más cercana, e ir preguntando. Iríamos obteniendo información, y así pasaríamos a otra isla. Pasito a pasito, hasta el tesoro. Hasta la meta.
Y así lo hicimos.
Después de varios días de viaje, llegamos a las islas Azores. Nuestro primera parada. El sol estaba a punto de ocultarse, así que decidimos que era la mejor opción, y era posible que allí tuvieran información sobre nuestro destino.

Dan y Diana bajaban detrás de mí. Se había levantado una suave brisa veraniega. La gente de aquella isla seguía despierta y activa, y caminaba con sus trajes y vestidos sobre los caminos adoquinados. Los carruajes tirados por preciosos y fuertes caballos, transportaban a sus dueños hacia lugares secretos.
Esperamos sobre el puerto, hasta que el barco de Jacob atracó, y bajó su tripulación. Él, como no, el primero, con ese aire superior tan característico.

- ¿Alguna idea? -preguntó Fellon, al llegar junto a nosotros.

Yo, de brazos cruzados, me giré, echando a caminar, mientras exclamaba:

- Sí, ir a hablar con la reina, o lo que haya en esta isla.

Como yo estaba de espaldas, y aquel joven no me interesaba lo más mínimo, no escuché lo que les decía a Dan y a Diana:

- ¿Le ocurre algo conmigo?

Los dos chicos se encogieron de hombros.

- Bueno, ya hablaré con ella. Creo que sé lo que es. -esbozó una media sonrisa.

Echaron a andar detrás de mí, junto a mi tripulación y la suya. En el camino, quedamos en que Dan, Diana, Jacob, Harry y yo iríamos a hablar con la reina, y que los demás, se quedarían en la posada en la que habíamos acordado pasar la noche hacía unos segundos.

Y antes de darnos cuenta, llegamos al castillo de esa isla, mucho más pequeño que el de Inglaterra. Sin dudarlo, nos adentramos entre sus muros, para conversar con el... superior de aquel lugar.
Como no estaba en su trono, le concertamos una "cita" a un guardia.
El rey, minutos después, apareció ante nuestra vista. Era algo mayor, no muy alto, y algo barrigudo.

- ¿Deseáis hablar conmigo?

- Sí, alteza. Soy la Princesa de los Mares. Y él, el Príncipe. -comencé. - La reina de Inglaterra nos ha mandado a una expedición, pero el destino es desconocido para nosotros.

- Un placer teneros delante... -hizo una pausa, con una leve reverencia de admiración. -Contadme, contadme. -dijo, acariciando su barba.

- Es una isla. Jamás habíamos oído hablar de ella. Su nombre es la Isla de las Voces.

Su rostro formó una mueca de sorpresa, que pasó al terror.

- Sí, he oído hablar de ella. Pero muy por encima. -se puso a caminar de un lado para otro. -No sé cual es su ubicación, pero puedo deciros que en cualquier isla del Caribe os sabrán contestar mejor que yo.

Asentimos. El Caribe. Eso quedaba muy lejos, pero merecía la pena si allí sabían algo.

- Muchas gracias por su atención, alteza.

Asintió, y después de hacer una reverencia, nos giramos. Y justo cuando yo estaba a punto de cerrar la puerta de entrada, oí su voz, profunda, grave.

- Te doy un consejo, jovencita. Tened cuidado.

Y con esa frase en mi cabeza, nos alejamos del castillo. El camino se nos hizo más corto, y nadie habló. Yo, por mi parte, evitaba mirar a Jacob, que me observaba de reojo. Y por fin llegamos a la posada donde nos alojaríamos aquella noche.
Después de contarlo a nuestra tripulación, decidimos dormir allí, y zarpar mañana temprano. Todos estábamos muy cansados.

Aquella noche, me despedí de los míos en la cena, ya que no tenía hambre, y me fui al piso de arriba. Antes, al legar, me había fijado en unas escaleras de madera que daban al tejado. Era una noche maravillosa, ¿por qué no contemplarla?
Subí peldaño a peldaño, hasta sentarme sobre las tejas, que afortunadamente, no se desplazaron.
Y ahí me quedé, medio recostada sobre el tejado de la posada, bajo la atenta mirada de las estrellas.
Pero unos ruidos me sacaron de mi mundo. Dirigí la vista hacia las escaleras, y vi subir una figura. No tenía miedo. Nunca lo tenía.

- Me alegro de verte, Katherine. -dijo una voz, que reconocí enseguida; Harry Jones.

- Lo mismo digo, Harry. -esbocé una sincera sonrisa.

Se sentó a mi lado, con unos movimientos algo torpes. Alzó la vista, hacia las estrellas.

- Qué cosas tiene la vida, ¿no? -comentó.

- Sí, nos vuelve a unir. -sonreí. - Pero por desgracia, está de por medio ese imbécil de... Jacob.

Rió suavemente, enseñando sus blancos dientes.

- No te rías, es verdad. Ese pobre prepotente... -resoplé. - Por cierto, ¿por qué estás con él?

- El tiempo pasa, Katherine, y las personas cambian. Sé que te parecerá raro, pero... Jacob es un buen chico.

- No me creo lo que estoy oyendo, Harry. ¿Me lo estás diciendo tú? ¿Precisamente tú? -reí. -Venga, Harry, ambos sabemos cómo es.

Harry era un joven alto, hombros y espalda ancha, con el pelo castaño, de tez morena y ojos color miel. Para mi gusto, era guapo. Y muy simpático. Aunque me chocaba que estuviera con Jacob.

- Sí, lo sé. A mí también me pareció raro, y me costó acostumbrarme a su presencia. Pero, después de todo, es un buen chico. Yo olvidé mi pasado. ¿Por qué no olvidas tú el tuyo?

- Dios, Harry, me estás pidiendo algo imposible.

Antes, cuando éramos unos críos, Harry y yo fuimos muy amigos, nos apoyábamos mutuamente, porque ninguno de los dos vivió una vida fácil. Jacob y su pandilla se metían todo el rato con aquel pobre chico, y como no, conmigo. Pero había algo más. Algo más profundo, algo que no se podía olvidar tan fácilmente.

- Éramos unos niños, nadie es perfecto.

- No es propio de un niño hacer tanto daño, Harry. Y menos durante tantos años. -bufé.

Él rió, para quitarle importancia al asunto.

- Lo sé, Kathy, sé cuánto daño te hizo, pero piénsalo; ¿te sigue pareciendo tan importante?

- Claro que lo es. No se puede jugar con los sentimientos, Harry. Le odio, nada va cambiar eso.

Harry suspiró. Claro que sabía lo importante que fue eso para mí, y claro que sabía que no lo iba a olvidar con tanta facilidad, pero él intentaba que lo arreglara con Jacob, que le diera otra oportunidad, que nos lleváramos mejor.

- Has cambiado. Lo sabes, ¿no?

- Claro que sé que he cambiado. Ahora soy más fuerte. No me dejo llevar por los sentimientos.

- Pero siempre serás mi Katherine Greenwood, ¿verdad?

Buscó mi mano, y la encontró. Entre nosotros dos no había nada más que amistad. Éramos buenos amigos. Pero... ¿podría haber algo más?

- Siempre, Harry Jones, siempre.

No lo sabía. Y tampoco sabía que durante aquel viaje, comprobaría hasta donde pueden llegar los sentimientos de las personas...



8 comentarios:

  1. Me encanta este capítulo,pero sinceramente, pensé que el pasado de Jacob y Katherine era amoroso,claro que hasta que no lo especifíques ¿Quién sabe? Creo que ni tu... Yo no entiendo este comentario que te acabo de poner jajaja
    Es igual,amo esta historia,es preciosa ^.^
    Te quiero! ESPERO EL SIGUIENTE,PROOOOOONTO!

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    1. Claro que es amoroso ^^ Ya se irá descubriendo tooodo lo que les paso :)
      Y yo espero el tuyo PRONTO! :) O ya sabes, te mato ;)
      Te quierooo! <3

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    2. Jajajaj que ganas,y eso de lo que hemos hablado esta mañana,también hay MUCHAS MUCHAS GANAS!! Ya sabes que trece,y al último por la borda :) Te quiero <3

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    3. Jajajajajja Trece justos, y al último, por la borda xD Ya llegará, paciencia... aún queda bastante, y tienen que sufrir muchas crisis de pareja TODOS xD Ya está el 7 :)
      Te Quiero! <3

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    4. ¿MUCHAS CRISIS? NOOOOOOOOOOOOOOOOO,Socorro...MALA,MALA!! Te Quiero <3

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    5. Sí, esa era mi idea jajajja Pero ahora que lo pienso... Tampoco son tantas ^^ :) Te quiero!! <3

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  2. Siento no haberte comentado antes... pero me acabo de leer todos tus capítulos de un tirón y me encantan!!
    Que mal me cae la babosa de Jacob... y que mono el Harry!!
    Besos :)

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    1. No te preocupes! :) Muchas gracias!! ^^ Jajajajaja Ya se verá que pasa... Todos cambian :P
      Besos!

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