Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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jueves, 25 de abril de 2013

DDM: Capítulo 71

¡Hola a todos! ^^

Os traigo el capítulo 71, y sí, me vuelvo a disculpar por haber tardado tanto... :( Pensé que podría haberlo subido antes, pero no ha sido así.
Como siempre os digo, espero que os guste, y agradezco mucho que dediquéis unos minutos para leer esta pequeña historia. :)

Ah, os aviso de que he "renovado", más bien editado, las fotografías de los personajes, aparte de añadir al blog un banner y algunas imágenes :) Tengo previsto cambiar el blog, así que las demás imágenes que tengo ya las colocaré. :)








Mi corazón latía con excesiva velocidad, y lo sentía por todo mi cuerpo. Un torbellino de sentimientos me atravesó, y recorrió todas y cada una de mis células, haciéndome recordar una y otra vez el beso que Jacob me había dado; aún sentía sus labios sobre los míos, tan reales, como si siguiera besándome.

Después del beso, su mano buscó la mía, y la apretó con fuerza. Yo me limité a relajarme, a disfrutar de su presencia, de la suavidad de su mano, y de la promesa que hacía unos minutos había sellado con un beso.

Por eso me quejé en cuanto Jacob me recordó que debíamos volver. Me tendió una mano, y me ayudó a levantarme de la cubierta. Lancé un gemido de queja, ya que no quería que aquello terminara. Deseaba poder congelarlo todo, y quedarme ahí para siempre.

Y más tarde lo desearía aún más...

Caminamos juntos por las calles solitarias, bajo la luz plateada del cielo nocturno. No dijimos nada, aunque tampoco hacía falta. Nos bastaba con estar juntos. Al menos a mí.

¿Cómo calmar un corazón que está a punto de salírsete de pecho? ¿Cómo apagar una sensación que se asemeja a un incendio? ¿Cómo tratar de evadir un sentimiento que te rodea con la máxima fuerza posible? ¿Cómo?

"No puedes".

Los ojos verdes y brillantes de Jacob eran la única luz en mi oscuridad. Y sus labios, suaves y dulces sobre lo míos, eran mi auténtica perdición.

Pero la confusión se apoderó de mí en cuanto vi a su lado los ojos castaños de Dan.


***


(Jacob)



No lo había podido evitar. Necesitaba sentir sus labios contra los míos, aunque sólo fuera una sola vez. Aunque fuera la última.

Sentía un cosquilleo por todo el cuerpo, y más al sentir su mano agarrando la mía. Había echado de menos aquello. Y me daba igual que sólo fuera por un día, que aquella fuera la última vez que pudiera acercarme a ella de esa manera.

Su contacto era cálido, suave. Inocente. Caminaba a mi lado, y al mirarla, seguí viéndola frágil. Seguí viendo a una Katherine frágil y vulnerable, como una rosa recién abierta. Y temí volver a hacerla daño. Temí volver a hacerla infeliz. Temí volver a hacer que sufriera por mi culpa. Así que aferré aún más fuerte su mano, acercándola más a mí, y traté de olvidarme de esos pensamientos.

Me centré en ella, pensando que tal vez pudieran ser los últimos minutos a su lado.

Cuando llegamos a la posada, me dio un vuelco el corazón, porque nuestra despedida estaba a punto de llegar. Ella también parecía algo nerviosa, tal vez incómoda. No sabría descifrar su expresión, la verdad.
Una vez en el pasillo indicado, el de nuestras habitaciones, suspiré levemente de alivio al ver que Dan no estaba esperándonos allí. Algo era algo.

Katherine se giró levemente, y no pude apartar la mirada de sus ojos aguamarina, posados sobre el suelo, con timidez. Parecía otra.

- Gracias por lo de esta noche... Kathy.

Mi débil y pequeña esperanza se desvanecía cada vez más con el paso de los días. Y eso me dolía y me entristecía. Trataba de aferrarme a lo que quedaba de dicha esperanza, con todas mis fuerzas, y por eso la llamaba "Kathy", como si ese nombre fuera a traerla de vuelta.

- No, gracias a ti, Jacob. De verdad, no está mal salir de vez en cuando de esta habitación. -rió suavemente.

Sentí el impulso de rodearla con los brazos, y suplicarla que volviera. Pero reprimí esas ganas, y me limité a parpadear, en silencio.

- No es para tanto. Tampoco es que me cueste. -sonreí levemente. -Buenas noches, Kathy.

Ella alzó una mano con timidez y se despidió de mí. Me giré, pero antes de hacerlo del todo, clavé mis ojos en los suyos, y conseguí murmurar:

- Te quiero, Kathy.

El silencio nos rodeó, y ella bajó la mirada, con una sonrisa forzada. Se llevó la mano a la frente, con los ojos cerrados, y supe que al haber pronunciado esas palabras, le había pedido demasiado.

- Buenas... buenas noches, Jacob. -susurró.

Apretó las mandíbulas, y yo asentí, frunciendo los labios. Me di la vuelta, con la mirada baja, deseando eliminar de mi mente esa expresión de tristeza y agobio en sus ojos. ¿Qué esperaba? ¿Que me respondiera lo mismo, como si me conociera de toda la vida? ¿Como si recordara lo que sentía por mí?
Me obligué a caminar, apretando los puños. Después, me pasé la mano por el cabello, pero dejé caer el brazo al escuchar la suave voz de Katherine diciendo algo totalmente inesperado.

- Quédate, Jacob. Quédate conmigo.

Me giré con lentitud, y vi sus ojos llenos de súplica. Se retorció levemente las manos, temblorosa. Volví a desear poder abrazarla, y suplicarla que volviera. Pero en vez de eso, asentí, con una sonrisa, y me acerqué a ella.


***


(Katherine)



Aquella petición había salido sin que yo lo pensara. Había sido un pensamiento poco meditado. Pero algo me decía que hacía bien.
Sentí un cosquilleo al observar cómo los ojos de Jacob se volvían más brillantes, y una sonrisa asomaba de sus labios.
Entramos juntos en la habitación, en silencio, sin decir absolutamente nada. Me dejó unos minutos para que me acomodase en la cama, y después él se sentó sobre la silla de mimbre que solía ocupar por el día, al igual que Dan.

Me dedicó una media sonrisa de lo más suave y dulce, y me giré, dispuesta a dormir. Me sorprendió no tardar mucho.
Sin embargo, no me sorprendió que su nombre fuera lo último que pensara antes de que la negrura me engullese.

***

Todo está oscuro. Siento un agobio inexplicable. Me cuesta respirar, la oscuridad es asfixiante, y hace que un miedo inmenso me inunde. Pero todo se vuelve aún peor en cuanto oigo un sonido metálico. Siento pánico, y miro a los lados, totalmente desorientada. Una fina línea de luz se abre en la oscuridad, y va aumentando cada vez más, hasta que me doy cuenta de que es una puerta abriéndose. Una alta figura negra recortada contra el haz de luz que me ciega.

Trato de moverme, y es entonces cuando me doy cuenta de que estoy encadenada. Vuelvo a mirar a la figura, la cual está cada vez más cerca de mí. Y puedo ver su rostro, pero no sé quién es. Me observa con unos ojos inquisitivos, amenazadores. Y sonríe. Sonríe de una forma horrible, que hace que tiemble, sin saber muy bien por qué. Alza la mano, con el puño cerrado, y lanzo un grito en cuanto golpea mi rostro. Recibo otro, esta vez en las costillas. Y otro. Cierro los ojos, y me limito a gritar de dolor. Y cuando los abro, veo sangre. Mucha sangre, rodeándome, bañándome. Entonces me doy cuenta de que es mi sangre, de que está brotando de mi propio cuerpo. Grito de puro terror, a la vez que un inmenso dolor me inunda y me impide moverme. El hombre ríe con maldad, lo oigo. Y recibo aún más golpes, golpes que siento en la piel como si fueran cuchilladas. Grito y grito.

Y entonces, las cadenas que me retienen se transforman en largos tallos verdes que me abrazan y me oprimen. Abro los ojos, y con sorpresa, veo que el hombre ha desaparecido. Miro a mi alrededor, gimiendo de dolor, y veo a mi lado a un joven, tal vez un poco más mayor que yo, pero muy poco. Tiene unos increíbles ojos castaños, y me da un vuelco el corazón. Me sonríe, a la vez que ladea la cabeza. Al principio, su sonrisa es amable, dulce, tierna. Pero poco a poco va cambiando, hasta transformarse en una mueca horrible, que hace que tiemble de miedo. 

"Me dejaste morir. No lo impediste."

En realidad no entiendo por qué lo dice, pero la culpa se apodera de mí, como si realmente lo supiera. Y quiero detener todas esas sensaciones, toda esa tristeza, todo es pánico. Porque no sé a qué vienen, no lo entiendo. 
Y entonces los tallos verdes tiran de mí, y la tierra me traga, volviendo a quedarme a oscuras. Grito, pero no me sale la voz. Sólo veo dos enormes ojos castaños frente a mí, pero no son los de Dan. 

Mi espalda choca contra un suelo frío y duro, y soy consciente de que los tallos verdes han desaparecido. Un frío helador me rodea, y me siento indefensa en aquella terrible oscuridad. Otro haz de luz ilumina la sala, tan fuerte y brillante, que me ciega. Me obligo a cerrar los ojos, y siento una mano en mi hombro, que me acaricia con suavidad. Pero siento un escalofrío. 

"Te tengo preparada una sorpresa. Sinceramente, creo que te encantará."

La luz se va apagando, y veo una sala que bastante espaciosa. En el centro, un joven. Rubio, de increíbles ojos verdes, y atado a una barra de hierro; Jacob. Un Jacob cansado, con heridas que aún sangran, y con una expresión de puro dolor. Contengo el aliento justo en el momento en que me mira, con urgencia. Mueve los labios y sé que me pide que me acerque a él. 

"Sálvame, Katherine. Ven aquí y sálvame."

Intento correr, decidida a hacer lo que me pide, porque necesito salvarlo. Pero entonces a su lado aparece otro joven, también herido y terriblemente abatido. Dan. Alza sus ojos castaños hacia mí, suplicante, casi sollozando. 

"No, sálvame a mí, Katherine. Por favor."

Jadeo, divida y temblorosa. Necesito salvarlos a los dos. Pero no puedo hacerlo, y lo sé en cuanto una voz a mi espalda me lo confirma. 

"Sólo uno, querida Princesa."

Las lágrimas caen de mis ojos, y humedecen mis mejillas. Miro a ambos jóvenes, mientras mi cerebro trabaja a toda velocidad, tratando de encontrar una solución que no existe. 
Pero todo se ve interrumpido con mi grito de angustia y de furia en cuanto ambos cuerpos caen al suelo, atravesados por una espada. Muertos. 

***

- Eh, Kathy, tranquila, estoy aquí. Shhh... Estoy aquí. ¿Me oyes? Vamos, despierta.

Abrí los ojos de golpe, temblando y empapada en sudor. Las lágrimas rodaban por mis mejillas, y no podía frenarlas.

- Venga, vamos... Shh, tranquila. Estás bien.

Alcé la mirada, desorientada, y jadeando, creyendo que aún estaba ante dos cadáveres que no había salvado.
Vi a Jacob a mi lado, de rodillas sobre la cama, inclinado sobre mí y acariciándome el rostro. Me secó las lágrimas con ambos pulgares, mientras susurraba:

- Estoy aquí, Kathy.

Cerré con fuerza los ojos, sollozando, aliviada porque fuera un sueño. Más bien una pesadilla.
Allí sólo estábamos Jacob y yo, no había ni rastro de lo que había vivido hacía unos minutos. Pero la angustia y el pánico me oprimían el pecho, y mi corazón no se calmaba. Muchas de aquellas cosas me habían parecido... demasiado reales.

- Sólo ha sido una pesadilla, ¿me oyes? Estás bien. Estás bien. No ha pasado nada, sólo ha sido una pesadilla...

Su voz era suave y dulce, y eso me ayudó a calmarme. Me mordí la lengua, y me atreví a mirarle a los ojos, aún sintiendo las cálidas lágrimas bajando por mis mejillas. Suspiró y me incorporó de la cama, para abrazarme.
Yo rodeé su cuello, y enterré mi rostro en el hueco de su cuello, para tratar de apartar aquel temor. No era muy consciente de lo que hacía, pero me daba igual. Necesitaba abrazarle, y convencerme de que seguía allí, de que no le había perdido. De que todo había sido una pesadilla.

Jacob me acarició el pelo con suavidad, y entonces fui consciente del fuerte latido de mi corazón. Cerré los ojos, y me limité a sentir su calidez, hasta que me vi capaz de no llorar. O al menos, de no tirarme al suelo para hacerlo.

Jacob se apartó de mí y clavó sus ojos verdes en los míos.

- ¿Estás mejor? -murmuró, apartándome un mechón de pelo del rostro.

Asentí, temblorosa. Jacob sonrió, de manera reconfortante, y no apartó su mirada de la mía.

- Ahora trata de descansar un poco, anda. Aún es muy pronto, no ha amanecido.

No dije nada, e hice lo que me pedía, obediente. Me tumbé en la cama otra vez, sintiendo la camisa pegada al cuerpo a causa del sudor frío. Tragué saliva, y me obligué a cerrar los ojos, mientras sentía los dedos de Jacob rozando mi piel y apartándome el pelo de la cara. Yo estaba de espaldas a él, y aunque no le veía, intuí que se estaba levantando. Y en un impulso, me giré y le agarré de la mano.

Se volvió hacia mí, sorprendido, y me miró con dulzura.

- Quédate aquí. -supliqué. -A mi lado.

- No me voy a ninguna parte, Katherine. Estoy aquí, a tu lado.

Negué con la cabeza, sin apartar la mirada, y tiré levemente de él.

- A mi lado. -repetí, sin dejar de tirar de él.

Jacob se quedó boquiabierto, y lentamente se acercó a mí, inseguro. Volví a darle la espalda, hasta sentir su cuerpo cerca del mío, tumbado a mi lado.

No sabía por qué se lo había pedido, pero en aquel momento, nada me parecía normal. Simplemente me limitaba a seguir los impulsos de mi confuso corazón, como si eso fuera a ayudarme a salir de aquello. Algo en mi interior, en lo más profundo de mi ser, me pedía aquello. Necesitaba sentirle cerca de mí, para estar segura de que no le perdía, aunque fuera en sueños.

- Descansa. -oí su voz muy cerca de mi oído. -Yo estoy aquí, y por eso las pesadillas no volverán.

No pude reprimir una pequeña sonrisa, y gracias a Jacob, no me costó dormirme.
No sin antes recordar a Dan y a Jacob muertos sobre el suelo por mi culpa, y pensar que era demasiado débil.


***

(Jacob)


Me limité a acariciarle el pelo con suavidad, hasta que se quedó profundamente dormida. La observé con profundidad, como si tratara de ver lo que había en su interior, en su cabeza. Como si tratara de encontrar aquellos recuerdos perdidos.

Entonces recordé la pesadilla, y me pregunté sobre qué habría sido.

Suspiré largamente, y me acomodé a su lado, a una distancia prudente. Clavé la mirada en su largo pelo, desparramado sobre la almohada, y fruncí los labios.

- Antes de que esto ocurriera, también tuviste una fuerte pesadilla. Veo que a pesar de que lo hayas olvidado todo, las pesadillas no se han ido... -susurré. -Espero ser yo el que trate de calmarte cada noche que tengas una.

Me llevé la mano a la frente, y después me pellizqué el puente de la nariz, algo cansado.

- No, espero no. Te lo prometo. -murmuré.

Cerré los ojos, y me imaginé los ojos aguamarina de Katherine en la oscuridad, llenos de sentimientos, al igual que antes de aquel accidente. Sonreí para mis adentros, y me recordé que en cuanto se despertase, la preguntaría de qué había tratado la pesadilla.


***

(Katherine)


La luz que entraba en la habitación no era tan radiante como otras veces, y me di cuenta de que era porque el cielo estaba cubierto por nubes de un color gris muy claro. Me estiré, desorientada, y miré a mi alrededor. Mi mirada se posó sobre una figura recortada contra la ventana, y enseguida supe de quién se trataba.

Jacob se giró hacia mí, y me dedicó una amplia sonrisa.

- Buenos días, Katherine.

Contesté algo parecido, y volví a cerrar los ojos, aún medio dormida.

- Anoche tuviste una pesadilla. ¿Lo recuerdas? -preguntó, acercándose al borde de la cama.

Volví a abrir los ojos, justo en el momento en que pequeños fragmentos de dicha pesadilla aparecían en mi confusa mente.

- Sí.

Jacob esbozó una leve sonrisa, y asintió.

- ¿Qué era?

Tardé varios segundos en contestar, ya que recordar el miedo que había sentido no me era muy agradable.

- Alguien... alguien me daba una paliza. Me golpeaba. -me encogí de hombros. -Después aparecía un joven, creo recordar que tenía los ojos castaños... Y me decía que le había dejado morir. -hice una, y sentí un escalofrío recorriéndome de arriba abajo. -Y luego me daban una sorpresa. Bueno, "sorpresa".

- ¿Una... sorpresa? -murmuró Jacob.

- Sí. Aparecías tú, atado. Y luego Dan, y tenía que escoger entre uno. Al final... llegaba tarde. -susurré.

Jacob desvió la mirada, boquiabierto. Volvió a clavar sus ojos en los míos, y distinguí un brillo especial en ellos... Algo parecido a la esperanza.
Nos quedamos en silencio, y fue Jacob el que se atrevió a romperlo.

- Bueno, el caso es que fue una pesadilla. Estás bien.

Yo asentí, sonriendo, y Jacob me tendió una mano.

- Ven, vamos. Los demás están esperando fuera, ya que quieren desayunar contigo.

Me ayudó a levantarme de la cama, y después me dejó algo de intimidad para que me cambiara de ropa. Una vez lista, salí de la habitación, donde me encontré a Diana, la de pelo negro, Elizabeth, la rubia, Dan y Jacob. Todos salvo la pelirroja... Olivia. Supuse que se había vuelto a ofrecer para cuidar de la hija de Diana.

Me saludaron con calidez, y me dirigieron dulces miradas, lo que me hizo sentir muy agradecida. Y a la vez dolida. ¿Cómo podían ser así, después de yo haberles olvidado? Sacudí la cabeza, y me obligué a disfrutar de aquel momento, junto a esas personas que me querían, a pesar de todo, y a pesar de lo que me costara creerlo.

Echamos a caminar hacia las escaleras de madera, cuando alguien me agarró de la muñeca. Me giré, sorprendida, y me encontré cara a cara con Elizabeth. Sus ojos chispeaban, tal vez de superioridad. No lo sabía muy bien, la verdad, pero de lo que sí estaba segura era de que aquella expresión de su rostro no era la misma tan suave y amable de antes.

- ¿Qué ocurre? -inquirí.

Una media sonrisa, llena de orgullo, se formó en sus rosados labios.

- Esta vez no saldrás ganando, Greenwood. Esta vez no.

Me quedé en el sitio, congelada y sorprendida, sin saber a qué venía eso.
Elizabeth me lanzó una última mirada llena de veneno, y continuó con su camino. Segundos después, hice yo lo mismo, tratando de serenarme.

¿A qué se refería? ¿De qué hablaba? ¿Por qué?

Aquella joven de ojos azules y pelo rubio me había caído bien desde el principio, desde que desperté. Aparentemente era una joven sincera y agradable, inocente. Me había parecido simpática, ya que había parecido preocupada por mí y por lo que me había ocurrido.

Por eso en aquel momento me sentía tan confusa; su voz, su sonrisa y su mirada, todo en ella estaba teñido de superioridad y orgullo, odio y rabia. Y esa última mirada envenenada... Nada que ver con la chica agradable e inocente que hacía unos minutos había visto, justo antes de transformarse en algo tan diferente y... retorcido.

Me obligué a caminar para no quedarme atrás, aunque estuviera tan sorprendida. No entendía nada. Así que decidí olvidarme, dejarlo pasar, y disfrutar de un desayuno agradable con aquella personas.



10 comentarios:

  1. GRACIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS Por mejorar mi día. ME ENCANTA. ME ENCANTA. ME ENCANTA. ME ENCANTA. Voy a cogerte prestada una cosilla jhadbkjshbjhasbdkjHASBDKJHBSADKJHABDLKHBASDLHBASDJHBAkjhdKJHVDKJHdlkhbdlkadsblakjdblkbdLHB.
    Madre mía... Pero, pero... ¿Me dejas así? Dios, pobrecita Katherine... ¿Qué quiere esa? ¿Eh? La mato.
    "Y me limité a acariciarle el pelo con suavidad, hasta que se quedó profundamente dormida" ¿HOLA? Soy yo sufriendo espasmos severos JAJAJAJA FALLING IN LOVE FOR JACOB.
    "Quédate conmigo" Vale, ya me has derrotado.
    Mira, ya está. Lo has conseguido. Has conseguido que me enamore hasta las trancas de está NOVELA. Bueno, ya lo llevas haciendo desde que empecé a leer, pero es que este capítulo es sublime, tierno y ... Yo que sé, simplemente PERFECT.

    Un besito.
    Jane :))

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    1. AETFDGSEGFHGRYUFRYHGUJGJRTBJNKJHBNKHJT *April vuelve a aporrear el teclado como una desesperada* YO HE MUERTO CON TU COMENTARIO, COMO HAGO ABSOLUTAMENTE SIEMPRE. ¿HOLA?
      AFdgfh jo, me alegro muchísimo de que te haya gustado, Jane, de verdad :') Es un honor, en serio!
      Si es que no tengo palabras, en serio, es... INCREÍBLE.
      Muchísimas gracias, Jane :')
      Un besazo! ^^

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  2. hay va poco a poco recuperando la memoria ,pero no podrían ser recuerdos gratos!!!!!! jajajaja bueno algo es algo y esa víbora ya se había tardado en sacar las uñas jijiji espero el próximo saludos

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    1. Lo sé, lo sé, ya podían ser recuerdos de esos bonitos... :) Quién sabe ^^
      La verdad es que sí, estaba tardando!
      Muchísimas gracias, Diana, y me alegro muchísimo de que te haya gustado!
      Un beso! ^^

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  3. FANTÁSTICO con eso lo digo todo...
    Me alegra que vaya recuperando la memoria :) estoy enamorada de esta historia! Sube pronto el siguiente capitulo please :D
    Besos
    Nuri

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    1. Muchísimas gracias, Nuria!! Me alegro muchísimo de que te haya gustado, jo, en serio!
      Un besazo, y espero verte pronto por aquí! :)

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  4. Ö Madre mia! Me he leído todos los capítulos en 3 días y me encantaaan!! En serio, tienes un don o algo :3 Ojalá lo publicaras en papel o en PDF! Es CVOBAJHCVABN Ö
    Un besazo!

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    1. ¡Hala! *___* Me alegro muchísimo de que te guste!!! No sabes cuánto!!!
      Jo, que me emociono, muchísimas gracias :'3
      Oh. Dios. Mío. ¿He leído bien? ¿Publicar en papel o en PDF? *_* Ya me gustaría, la verdad, pero si te soy sincera, sé que esta historia no es tan buena como para ello... Aún hay muchísimo que mejorar, aspectos que aún no están desarrollados... Pero jo, muchísimas gracias!! :))
      Un besazo, y espero verte pronto! ^^

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  5. Me encantan los capitulos y cada dia te superas mas. ¿Te importaria afiliarme? Yo ya te he afiliado!
    Blog: http://diariodelanieve.blogspot.com.es/

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    1. Hala, muchísimas gracias!!! *__* Me alegro muchísimo de que te haya gustado, en serio :') Y por supuesto que te afilio, ahora mismo! ^^
      Muchísimas gracias, Anabel!! ^^

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