Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




Seguidores

domingo, 9 de septiembre de 2012

DDM: Capítulo 36

Hola! ^^ Sé que también he tardado en subir este capítulo, pero quería daros mas tiempo a leer los anteriores, por si no estabais al día. Y además no he tenido mucho tiempo, y bueno, no me sentía con ganas de escribir el siguiente. Pero aquí lo tenéis :) Espero que os guste, y que si lo leéis, dejéis vuestro comentario. Mil gracias! <3





Tenía los ojos cerrados, y mi mente viajaba a través de miles de recuerdos relacionados con Jake. Estaba tumbada sobre su pecho, llorando, gimiendo palabras inteligibles, maldiciéndome por todo, insultándome por mi cobardía, y arrepintiéndome de lo que no había hecho; ser más valiente.

Ahora, ya nada valía la pena. Ahora ya no valía que me lamentara, ni que deseara decirle todo lo que sentía, porque sólo había una realidad, y esa realidad era que Jacob estaba muerto. Muerto. Lejos de mí, ya no estaba conmigo.

Los demás se habían apartado, y miraban con tristeza el cuerpo inerte de Jake, y a la estúpida que lloriqueaba derrumbada sobre él. Mi muro de piedra y frialdad había caído al ver sus ojos cerrarse con lentitud. Ya no era Katherine la chica dura y fuerte que todos creían conocer. Ahora era yo, simplemente. La chica embargada por la tristeza y la soledad, la chica que creía que siendo despreciable con todos, sería querida. La chica que creía que siendo fría y distante, ocultaría todos sus sentimientos para siempre.

Pero ahora todos veían quién era en realidad. Me había quitado la máscara de hierro ante ellos, y les mostraba mi rostro verdadero. Ahora me daba igual ser quién era. Me daba igual que me vieran tal y como era yo. Porque yo sólo pensaba en Jake, y en lo que fuimos, en lo que pudimos ser, y en lo que nunca seremos. Me habían arrebatado otro pedazo de mi congelado corazón, y ya apenad quedaba rastro de él. Primero mi madre, luego mi padre, y ahora Jake. Sólo faltaban Harry, o Diana, y entonces yo sería la siguiente en abandonar este estúpido mundo.

- ¡¡VUELVE!! -rugí, sollozando. -Por favor... No me dejes...

Los demás apartaban la vista, llenos de pena, para no mirar a la estúpida que hablaba con un cadáver, a la estúpida que había perdido a su amor por culpa de su orgullo. A la estúpida que lloraba, a secas.

Noté una mano sobre mi hombro, la primera atrevida a apartarme de Jake.

- Kat, por favor, vamos. No llores. -era un susurro apenas audible, pero sabía que era Harry.

- No. No. ¡No! No... no puede irse... así, sin más...

Oí el suspiro de Harry, y noté cómo apartaba su mano con lentitud, y se alejaba unos pasos.
Si era necesario, me quedaría allí con él. Moriría allí con él. Porque ya me daba igual la reina de Inglaterra, me daba igual mi barco, me daba igual todo, el maldito tesoro.

Y de pronto, algo normal y corriente, algo que a mí me pareció un auténtico milagro, encendió una pequeña llama de esperanzas en mi helado corazón.

Una tos.

¿Cómo algo tan normal, tan corriente, tan común, se podía convertir en un milagro, en una gran esperanza para alguien?
Porque esa tos, significaba que Jake no me había abandonado.

Perpleja, y con el corazón en un puño, deseando que hubiera sido él, levanté la cabeza de su pecho, para observar sus rostro, contraído por el dolor.
No había notado su pecho moverse al toser, porque había estado demasiado concentrada en mí y en mis problemas. Pero había sido él.

Aún tenía los ojos cerrados, pero movía ligeramente sus labios, a punto de toser otra vez. Me incorporé ligeramente, sin apartarme mucho de su pecho, como si esa fuera la única manera de que no se alejara más de mí.

- ¿Jake...? -susurré con un hilo de voz. - ¿Jake...? -volví a susurrar, mientras una lágrima de pura felicidad y sorpresa rodaba por mi mejilla.

No la estaba mirando, pero la víbora se secaba las lágrimas, y miraba desde su rincón a Jacob de la misma manera que yo; sorprendida, perpleja. Pero había algo más en su mirada. En esa sorpresa y esa perplejidad. ¿Tal vez no quisiera que Jacob viviera? ¿Tal vez deseaba que hubiera muerto, para hundirme en la miseria, para que no fuera mío? Era probable.

Coloqué mis manos sobre sus mejillas, arrodillada a su lado, y casi tumbada con él, sonriendo tristemente, pero feliz.

- Jake... -volví a susurrar, pero esta vez convencida de que seguía conmigo.

Tosió otra vez, y entonces parpadeó con lentitud. Tenía los ojos entrecerrados, pero supe que su mirada estaba clavada en mí. Y lo que dijo después me lo confirmó.

- ¿Green...?

- Sí, sí, sí, Jake, soy yo, estoy aquí. -musité, demasiado feliz de volver a verle.

Su mano tembló cuando la levantó, hacia su mejilla, y la colocó sobre la mía. Noté su calor, que había sustituido esa frialdad de antes. Seguía vivo, a mi lado, conmigo, y jamás volvería a perderle. Aunque él ya no me diera una segunda oportunidad, aunque ya no pudiéramos ser lo que yo deseé siempre. Pero estaría a su lado hasta el fin de mis días, protegiéndole, impidiéndole abandonarme.

Y supe que eso era lo que debería de haber hecho desde el principio, cuando le conocí.

- Estás aquí... -susurré. -No me has abandonado.

- Tú... tú a mí tampoco. -contestó él, cerrando los ojos para descansar.

Y entonces, en un arrebato de felicidad extrema, no pude contenerme, y me abalancé sobre su cuello, rodeándole con mis brazos. Apoyé la cabeza sobre su hombro, y cerré los ojos, con una gran sonrisa, mientras las lágrimas humedecían mis ojos.

- De... después de todo... Seguimos jun... juntos... -consiguió decir.

Hipé como respuesta, llorando de felicidad. Le tenía entre mis brazos, le tenía conmigo. Había sido un milagro, un milagro. Una segunda oportunidad para hacer las cosas bien, para olvidar todo lo que pasó, y aceptarle a mi lado, tal y como habíamos deseado los dos desde que nos conocimos.


***

Lo demás, pasó muy rápido. Harry me tuvo que apartar de él, para ayudarle a levantar, y seguir con nuestro camino. Decían que no debíamos perder más tiempo en esta cueva, si queríamos sobrevivir los que quedábamos.

Fui consciente por primera vez, de que quedaba poca comida y bebida, y que teníamos que abstenernos. Sólo comeríamos si era un caso extremo. Así que teníamos que aguantar.

Las horas pasaban con lentitud, y no parecíamos avanzar. Pero a mí eso no me importaba. Lo que más deseaba en este mundo, seguía a mi lado, permanecía en pie, en esta batalla que era mi vida, luchando por seguir conmigo. Y eso era lo que necesitaba en estos momentos.

Diana había agarrado mi mano, y me miraba más radiante que nunca. Ella también era un gran apoyo para mí, y si a ella le ocurría algo... no sabría qué hacer.

Aquella noche, decidimos parar, ya que todos estábamos muy cansado, tanto física como emocionalmente, y seguir caminando solo significaría alargar nuestra agonía.

Tumbaron a los heridos en el suelo, y utilizaron las mantas para ellos.

Jessica estaba pálida y sudaba demasiado. Tenía un aspecto demacrado, y deseé que durara hasta salir de aquí, al menos. Roger, Valentina, Emily y Jason habían empeorado notablemente, y gemían de dolor. Supuse que no aguantarían mucho, al igual que Jessica. Pero no había nada que hacer, nada que nosotros pudiéramos hacer por ellos, desgraciadamente.

Intenté dormir, pero la felicidad seguía ahí, y tenía ganas de hablar con Jacob. Así que eso hice.
Cuando creí que todos estaban dormidos, o al menos a punto de hacerlo, me arrastré por el suelo con lentitud, hasta llegar al cuerpo de Jacob.

No podía apartar la mirada de su rostro bronceado, y de sus ojos verdes ahora cerrados. Su pecho subía y bajaba con regularidad, aunque parecía costarle trabajo. Había tenido demasiada suerte, porque esa herida era la más grave de todas, y podía haber muerto al instante. Pero no. Seguía en pie en la batalla, que era mi vida, a mi lado, aguantando por mí. O al menos, eso quería creer yo, que lo había hecho por mí.

Me recosté a su lado, sin perder de vista su rostro. Creí que ya se había dormido, así que deseché la idea de hablar con él, por muchas ganas que tuviera, y así dejarle descansar. Pero se movió, y parpadeó con lentitud.

- ¿Eres t... tú, Green...?

Yo asentí, esbozando una ligera sonrisa, y contesté:

- Cómo lo has sabido... -susurré.

Él rió cansadamente, con los ojos cerrados. Y un pensamiento cruzó mi mente. "Aún estando al borde de la muerte, y sufriendo a más no poder, su sonrisa sigue siendo realmente maravillosa. Él sigue siendo igual de increíble".

- En rea... realidad no lo sabía... Simplemente era lo que... lo que yo deseaba. -alcanzó a decir, intentando abrir los ojos.

Sus palabras me hicieron sonreír, e hicieron que mi corazón brincase de felicidad.

- ¿En... en qué... piensas? -susurró.

Abrió los ojos, e intentó ladear la cabeza hacia mí.

- En ti. -me atreví a susurrar. -En que estás a mi lado.

Oí el suave sonido de algo rozando la tela, y pronto sentí el contacto de la piel de Jake; su mano buscando la mía. No perdí tiempo, y aferré su mano con fuerza.

- ¿He... he tenido que estar a... a punto de morir... para que te dieras... cuenta de que me... quieres? -dijo recuperando su sentido del humor.

Gruñí levemente, con una sonrisa. Tenía razón, pero me limité a contestar otra cosa:

- Me has dado un buen susto.

Él rió levemente, con los ojos cerrados, y nos quedamos unos segundos en silencio, antes de que él respondiera.

- No pretendía... que lo pasaras mal...

Yo sonreí, y sacudí la cabeza, sin soltar su mano.

- Mientras... bueno, mientras... estaba inconsciente... creo que soñé algo.

- ¿Cuál? -susurré, apoyando mi cabeza sobre mi mano.

Tragó saliva, y comenzó a hablar con dificultad.

- No sé... Estabas tú. Llorabas... Y me decías muchas cosas. Recuerdo que...

Se quedó callado, y por un leve momento me asusté, así que le insté a seguir.

- ¿Qué?

- Que dentro de... de lo que cabe... estaba feliz. -hizo una pausa, en la que cogió aire con dificultad. -Me llamaste... Jake.

Y entonces supe que se refería a todo lo que yo le había dicho. Se me encendieron las mejillas, de vergüenza. ¿Lo había oído? Me mordí el labio inferior, sin dejar de mirarle.

- Me... me contabas muchas cosas...

Me revolví levemente, para cambiar de postura, sin dejar de mirarle. Y supe que debía atreverme. Le tenía conmigo, y no quería perderle más.

- Jake. -le llamé en un leve susurro, apenas audible.

Entonces él contestó, sin abrir los ojos, descansando.

- ¿Mmm...?

Tragué saliva, y carraspeé, retrasando el momento. Pero eso era de cobardes, yo tenía que decirle la verdad, tenía que decirle lo que sentía.

- No era un sueño. -acabé susurrando.

Nos quedamos en silencio, y entonces él abrió ligeramente los ojos. Sacó fuerzas, y movido por mis palabras, ladeó la cabeza, dejándola caer hacia mí, para mirarme por primera vez en esa noche, por primera vez desde que cerró los ojos para estar a punto de morir.

Parpadeó, pero me miraba fijamente. Sus labios se curvaron en una increíble media sonrisa, y sus ojos verdes brillaban con una intensidad irreal.

- No era un sueño. -repitió él.

Yo asentí con extrema lentitud, bajo la presión de su mirada.

- Lo dijiste. -susurró, perplejo.

Volví a asentir, clavando mi mirada en sus ojos verdes.

- Lo dije. -musité, intentando ser valiente, mientras mi corazón latía con fuerza.

Él balbució algo que no entendí, hasta que su pregunta quedó clara.

- ¿Por... por qué? -preguntó.

Tragué saliva. Estaba claro que no se creía que Katherine Greenwood Wells, iba a derrumbarse ante él, y a decirle todo lo que sentía. Estaba claro que no se creía que yo sintiera eso por él, después de todo.

- Yo... Tuve miedo. -comencé a decir, después de haber cogido aire, y sacado fuerzas de no sé dónde. -Creí que te iba a perder del todo, y tuve mucho miedo. Más miedo del que he tenido nunca.

Pero entonces, vi que había cerrado sus ojos verdes, y que respiraba con la boca abierta.
Sonreí ligeramente, sintiendo una ternura infinita, y una felicidad extrema.
Durante lo que llevábamos de viaje, después de lo ocurrido, Harry me había explicado que era normal que se quedase de repente inconsciente, ya que estar despierto, significaba ejercer una fuerza increíble, y él no tenía semejante fuerza ahora.

Me arrimé a él, y le di un suave beso en la frente, después de apartar su pelo. Me quedé mirándole una vez más, con ternura, y cerré los ojos.

Recordé su radiante sonrisa, esa que me dedicaba cada vez que nos veíamos, y así, agarrada a su mano, me quedé dormida.



8 comentarios:

  1. :'''''''''''''''''''''''''''''''''''))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))))) Me encanta,me encanta,me encanta....No te lo voy a dejar de repetir nunca,porque me encanta.......ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAA! ¿Por qué quieres que llore y sufra? D: Eres mala..mala..mala..JAJAJA No,en serio,gracias amor ;) Te quiero osito <3 P.D: Cuando he leído lo de Harry y Diana me he reído JAJAJAJA ¿Ya sabes por qué,no? JAJAJAJAJA Zí,eztoy loquízima..

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muuuuy mala soy :) Me alegro de que te guste, cielo, yo espero impaciente tus capítulos... :) No creo que tarde mucho más en subir el siguiente jajajaja Un beso, te quiero infinito osito :3

      Eliminar
  2. ......... NO TENGO PALABRAS! Es increíble, ¡¡pero has conseguido que me quede sin palabras!! Puuff... A ver, por dónde empiezo.
    Lo primero es que: No me gusta nada, me has echo llorar, he sufrido por tú culpa, ¡casi matas a Jake! Así que no, lo siento pero no me gusta nada. Es más, es horrible.
    Ahora, es hora de decir la verdad. Es horrible, pero horrible, lo que puedes llegar a expresar con cada capítulo. Me encanta la historia que has creado y lo que expresas.
    No me gusta nada, porque es más que eso. No puedo expresar que me guste, porque me quedo corta.
    Lo de me has echo llorar, he sufrido y casi matas a Jake, es todo verdad. ¡¡Y me ha encantado que me hicieras sentir eso!!
    Eres una estupenda escritora, y si pones fuerza y ganas, llegarás alto!
    Y bueno, no te digo todo lo demás, porque no te dejaría espacio.
    Muchas felicidades April!!
    Besoss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. *___* A mí me dejan sin palabras tus comentarios, Criskti, en serio... Puf, yo tampoco sé por dónde empezar... Tal vez lo primero y más normal, es que te dé la gracias por pasarte a leer mis capítulos, en serio, MUCHÍSIMAS GRACIAS. Me alegran el día tus comentarios, y de verdad, me emociona que me digas que consigo trasmitir bien los sentimientos, porque eso es lo que busco en parte :')
      Muchísimas gracias por todo, Criskti, por pasarte, leer mis capítulos, y dejar tus increíbles comentarios.
      Besos!

      Eliminar
  3. Siento no comentar antes esque he estado de vacaciones y.... bueno eso. Tu capitulo estupendo, fabuloso, y tremendo! Pobre Jake con lo que ha sufrido... espero que tengan suerte más adelante!
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchísimas gracias por pasar por este blog, y dejar tus opiniones, en serio :3 Yo en cuanto tenga algo más de tiempo, me pondré al día con el tuyo, porque tu historia me encanta, sinceramente :)
      Besos!

      Eliminar
  4. Ah! Te he nominado a un premio en mi blog! Espero que te guste!

    ResponderEliminar