Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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domingo, 9 de diciembre de 2012

DDM: Capítulo 56

¡Hola a todos!

Traigo conmigo el capítulo 56, y bueno, antes de nada, deciros que TODOS vuestros comentarios son increíbles. Que vuestros ánimos me hacen seguir escribiendo, me hacen no abandonar, no hasta que llegue al final de esta historia :)
Os agradezco mucho lo que hacéis por mí, y no sabéis cuanto adoro que utilicéis unos minutos de vuestra vida para leer estos capítulos :')

Espero que os guste, y como siempre, espero vuestros increíbles comentarios ^^

April. :)



Diana no soltó mi mano en ningún momento. Fue un gesto que agradecí bastante.
La gente podía pensar que Diana y yo teníamos algo más que una simple amistad, pero no era así. Sólo nos ayudábamos de la mejor manera que podíamos; mi corazón correspondía a Kathy, y el de Diana a Harry, independientemente de que no estuvieran físicamente con nosotros.

- Me alegro de haberte encontrado, Jake. -susurró Diana, rompiendo el silencio que había entre nosotros.

Miré al suelo, y conseguí esbozar una leve sonrisa, un tanto forzada, que no era del todo real. No quería hablar, no podía. Las palabras no me salían. El llanto se agolpaba en mi garganta, y sabía que si hablaba, me echaría a llorar.

No tengo miedo de admitir que soy débil. Lo soy. Lo fui desde que conocí a Kathy, desde la primera vez que la vi. No me atreví a hablarla, porque era débil y cobarde, la hice daño porque era débil y cobarde. Y ahora lloro porque soy débil y cobarde.

Y ahora sin Kathy, todo era mucho peor. Sólo quería que todo eso acabase, derrumbarme sobre el suelo y llorar, llorar hasta que no me quedaran lágrimas, llorar hasta morir. Pero no podía hacer eso, no podía; porque la sed de venganza era enorme, y porque acababa de encontrar a Diana.

Y ni siquiera la venganza y Diana me hacían olvidarla. No podía olvidar a mi Kathy. Jamás podría olvidarla. Tampoco quería. No quería olvidar lo que el amor me dio, y me quitó a la vez. No quería olvidar lo que estaba seguro de que el tiempo iba a borrar. Porque no quería que el tiempo borrase de mi mente el rostro de Kathy.

- Ahora sé lo que sientes. -murmuré de pronto, sorprendido de no haberme echado a llorar..

- ¿A qué te refieres...? -inquirió Diana.

- Cuando lo que más quieres en este mundo desaparece en breves segundos. -susurré. -Ahora sé lo que de verdad sientes. Antes sólo podía imaginarme una parte de tu dolor, una mínima parte. Pero ahora sé que lo que te decíamos no servía para nada. Que nada, absolutamente nada, puede apagar ese dolor, salvo el regreso de aquello que amas.

Diana se quedó callada, y me hizo frenar. Le tembló el labio inferior, y me miró fijamente. Me envolvió entre sus brazos, y yo la envolví a ella entre los míos. Cerré los ojos con fuerza, y apreté las mandíbulas para no echarme a llorar ahí en medio.

- No debes llorar. -dijo Diana, separándose de mí, con los ojos empañados. -¿Me oyes? No... no debes llorar.

Busqué su mano, y apartando la vista, asentí. Eso era demasiado difícil. No llorar era lo más difícil.

- No, Jacob, de verdad. No debemos llorar, ninguno de los dos. -respiró profundamente, y cerró durante unos segundos los ojos. -Porque ellos no quiere eso para nosotros. Quieren que sigamos con nuestra vida, o que comencemos una nueva. -susurró. -Kathy no quiere verte así. Y Harry tampoco.

- ¿Cómo voy a poder hacer vida normal? -murmuré. -¿Cómo? ¿Cómo si lo único que quiero para tener una vida normal ya no está?

Alcé el tono de voz, y la poca gente que pasaba a nuestro lado se me quedaba mirando.

- No lo sé, Jacob. No lo sé. -contestó ella.

¿Había alguien que de verdad lo supiera? ¿Que de verdad supiera vivir de forma normal cuando lo que más quieres ya no existe? Porque yo no lo sabía.

- Tal vez siendo fuertes. -añadió Diana. -Porque ellos quieren que seamos fuertes, estoy segura.

Fui a decir algo, pero una voz femenina, tal vez muy joven, me mantuvo callado.

- ¿Chico guapo...?

Me quedé boquiabierto, sin apartar la vista de Diana, al igual que ella.
Hasta que me obligué a girar el rostro hacia la voz femenina.

Una figura no muy alta, delgada, vestida con una túnica con capucha de color negro, la cual contrastaba con el pelo del color del fuego que caía por delante, sobre su pecho.

- ¿Liv...? -susurré.

La pequeña Liv se quitó la capucha, dejándonos ver sus preciosos ojos, llenos de brillo por encontrarnos.

- ¿Olivia? -repitió Diana.

Y ambos corrimos hacia ella a la vez, rodeándola en un cálido abrazo. Sentí las convulsiones de Liv, y supe que estaba llorando. Reprimí las ganas de hacer lo mismo.

- Estáis bien... -murmuró entre sollozos. -Estás vivos...

Una lágrima rodó por mi mejilla, una que no conseguí controlar. Ver a Liv era aún más doloroso de lo que pensaba.

Porque Liv avivaba aún más el recuerdo de Katherine.

***

- ¿Qué ocurrió, Liv? -preguntó Diana.

Estábamos en un pequeño salón privado de la posada, solos, entrando en calor con la chimenea encendida, y hablando de lo que nos había ocurrido.

- Yo... -comenzó Liv. -Huí.

Bajó la mirada completamente avergonzada, y con los ojos bañados en lágrimas.

- No debí haberlo hecho. Huí y os dejé atrás. En cuanto vi que os iban cogiendo uno a uno... no perdí tiempo. Salí del castillo, y corrí todo lo que pude. -hizo una pausa, para secarse las lágrimas. -Tenía miedo, mucho miedo. -sollozó.

Diana la abrazó, pero Liv siguió llorando. Fruncí los labios, y aparté la vista. No quería derrumbarme. No podía.

- Y encontré a Marcus. -continuó. -Su padre es el dueño de esta posada, y él me acogió. Y desde entonces, vivo aquí. Nunca he dejado de pensar en vosotros. Todos los días de mi vida me recuerdo lo cobarde que fui, por dejaros atrás, permitiendo que os hicieran daño... Pero no me odiéis, por favor, tenía miedo, y no sabía que hacer...

- Hiciste lo correcto. -susurró Diana. -Impediste que te hicieran daño a ti, y eso es lo importante.

Liv enterró el rostro entre las manos, y la tristeza me invadió.
Sólo era chiquilla de unos quince años. Una niña. Una niña muy valiente, que a pesar de no conocer nada, y tener miedo, corrió por su vida, en un sitio desconocido para ella.

- ¿Y vosotros...? -preguntó Liv, secándose las lágrimas.

Diana juntó las manos, y se las retorció, algo nerviosa.

- Yo... A mí me separaron, al igual que Gwendolyn. Nos llevaron a unas minas en Irlanda, no sé exactamente dónde. Y ahí pasamos tres meses. Enteros. -comenzó Diana. -Pasados los tres meses... Gwendolyn se arriesgó por mí, por devolverme la libertad.

- ¿Qué... qué la pasó? -inquirió Liv.

"No. No puede ser." decía mi mente. Gwendolyn también.

- Distrajo a los guardias. -no pudo contener el llanto, y sollozó mientras hablaba. -Yo salí corriendo, es lo que me había dicho... Me giré para mirarla, pero sólo vi... sólo vi los cuerpos de los guardias rodeándola. Y sangre.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Liv, la cual miró a Diana con tristeza.

- ¿Ha... ha muerto...? -susurró.

Diana frunció los labios. Nadie necesitaba responder eso.

- ¿Y tú...? -preguntó Liv, mirándome.

Alcé la vista hacia las dos, que me miraban con ojos vidriosos.

- A mí me encerraron en un sótano. -murmuré. -Con torturas.

Me llevé las manos a la cabeza, y cerré los ojos con fuerza. No tenía fuerza suficiente para contener las ganas de llorar.

- ¿Y... Kathy?

Bum. Un explosivo latido de mi corazón en cuanto oí su nombre.
Bum. El llanto subió por mi garganta, trasladando el ardor a los ojos.
Bum. Lágrimas. Más lágrimas. Y dolor.

Enterré el rostro entre las manos, sollozando.
Noté la mano de Liv en mi hombro, pero eso no bastaba.

- Lo mismo. -conseguí contestar, tratando de no ahogarme con mi propio llanto.

Y no necesité decir más, porque Liv lo entendió. Le bastó oírme decir eso, le bastó verme llorar para saber todo lo que había pasado con mi Kathy.
Si no estaba conmigo, era por algo.

- Una joven me liberó, crucé el mar, estuve a punto de ahogarme, pero llegué tarde. Llegué demasiado tarde... -sollocé. -Mi Kathy ya se había ido, para siempre...

Liv me acarició el brazo, y después me pasó un brazo por los hombros.

- Lo siento, Jake. Lo siento mucho... -se le quebró la voz en la última palabra.

"¿Por qué te rendiste? ¿Por qué?"
Pero ya no había nada que hacer. Tomó una decisión, y esa decisión fue rendirse. Pero no la culpo. Porque sé que tuvo demasiado, y aguantar viva era algo más difícil.
Rendirse era la opción más fácil, pero la más dolorosa -para mí- e incorrecta.

Diana se sentó a mi otro lado, y se apoyó en mí. Agradecí su ayuda, y su intento de animarme, pero nada podía darme ánimos. Sólo Kathy.

- Llegué muy tarde. -repetí. -No fui rápido, dejé que muriera.

- Sssh, Jacob... -murmuró Diana. -No es tu culpa. No lo ha sido.

- Sí, Diana, es mi culpa. -exclamé. -No impedí que se la llevaran, no impedí que la hicieran... lo que le hicieron, no impedí que la hicieran daño.

- Jacob, no podía hacer nada... No podías. -trató de tranquilizarme Diana. -Y lo sabes. No podías hacer nada por salvarla.

Cerré los ojos, y apreté las mandíbulas.

- La echo de menos... No puedo, Diana, no puedo más.

Me convulsioné por el llanto, con los ojos cerrados, pero no me obligué a frenar. Parecer débil no me importaba. Ya no. Sólo podía pensar en Kathy, en que la echaba de menos.

- No puedo vivir así... -musité. -No puedo, no sin ella...

Me pasé las manos por el pelo, sin poder dejar de sollozar.

Mi corazón latía de forma automática, como movido por alguien manualmente, alguien que no era yo. Porque yo sólo deseaba que dejara de latir, para morir ya.

- Me la han... me la han quitado... A mi Kathy... Me la han arrebatado...

Una profunda masa de oscuridad y tristeza me invadía, haciéndolo todo aún peor.
Mi interior estaba vacío.
Silencioso.
Pero a la vez, tan lleno de dolor, y tan ruidoso por el llanto...

Ya nada sería igual. No importaba cuántas caras conocidas volviera a ver, porque el rostro que yo deseaba y anhelaba ver era otro totalmente distinto.

- Quiero morirme. -dije, de pronto.

- Jake, no... no digas eso... -contestó Liv.

- Quiero... quiero que todo esto acabe de una vez por todas, no puedo vivir sin ella. ¡No puedo!

La oscuridad me atraía hacia ella. ¿Eso era la llamada depresión?

- Todo irá mejor. -empezó a decir Liv. -Ya lo verás. Ella... ella no te ha abandonado. Está a tu lado, aunque tú no puedas verla. Jamás te va a dejar solo. Pero tienes que ser fuerte. ¿Crees que ella quiere esto para ti? No, Jacob, no lo desea. Te aseguro que quiere verte feliz, quiere verte sonreír.

- No puedo sonreír, ni ser feliz, si no es ella la que está a mi lado. -sollocé.

- Sí puedes.

Pero no. No podía. Y no lo hacía porque me hubiera rendido, lo decía totalmente en serio. Sin ella, esbozar una sonrisa era algo imposible.
Ellas no se lo creían. Creían que me había rendido, que no luchaba por ser feliz, pero luchaba por ello a todas horas.
Lo que desconocían, era mi tremendo amor hacia ella. Un amor que era imposible apagar, daba igual lo que utilizara. Un amor que me quemaba por dentro, y que cada día aumentaba más. Un amor que hacía que fuera imposible respirar cuando pensaba en Kathy.

Así que no, no era tan fácil sonreír, por mucho que me lo dijeran.

- Te aseguro que no puedo. -murmuré. -No puedo, Diana. Es imposible.

Bajó la mirada, y frunció los labios. Diana sabía perfectamente a qué me refería, pero no podían decirme otra cosa. Porque nadie sabe qué decir en estos casos, salvo los típicos "lo siento", que sabes que en el fondo, no sirven para absolutamente nada. Da igual cuántos "lo siento" recibas. Nunca serán suficientes, nunca servirán de nada.

- Estamos contigo. -susurró de pronto Liv. -No te abandonaremos.

Sus palabras resonaron en mi cabeza. "Sé que dicen la verdad." Pero tampoco consigo hacer que eso me sirva.

- Necesito... Necesito descansar. -dije, sin abrir los ojos.

Liv me agarró de la mano, y abrí los ojos para mirarla:

- Acompañadme.

Diana y yo nos levantamos, y seguimos a Liv por los antiguos pasillos de la posada. Me cuesta mover mis propias piernas, porque ya no hay nada que me motive a moverlas. Ya no hay nada que me dé razones para moverme, o para comer, o para hablar. Sólo para llorar; la pérdida de alguien a quién amas.

Liv abrió una puerta de madera con una llave oxidada, y nos invitó a pasar:

- Aquí dormiréis. -sonrió.

- Gracias por todo, Liv. -le agradeció Diana. -¿No... no quieres dormir con nosotros? Ya sabes, para que no estés sola.

Liv sonrió, con las mejillas encendidas de la emoción:

- No te preocupes, Diana. Muchas gracias, pero no estoy sola.

Con eso, supe que se refería al tal Marcus. No pude evitar esbozar una leve sonrisa, algo triste. Me alegraba por ella, si había encontrado alguien que la quería.

Diana y yo nos metimos en la habitación, y fue entonces cuando Diana me preguntó:

- ¿En serio quieres que duerma contigo...? -susurró. -Ya sabes, eres mi amigo, no quiero que pienses...

- No quiero estar solo. -le interrumpí. -No voy a pensar nada, no puedo estar solo, Di. Necesito a alguien a mi lado.

Diana asintió, frunciendo los labios.

- Vamos, tienes un aspecto demacrado.

Tal vez demacrado era poco. Sin decir nada, nos metimos en la cama, que era bastante espaciosa para la calidad de la posada. Agradecí el calor de las sábanas, y la presencia de Diana a mi lado.

- Lo vamos a conseguir, Jake. -susurró.

Me mordí la lengua, tratando de mantener las lágrimas en su sitio, aunque no pude evitar que una rodara por mi mejilla.

- Al menos, lo intentaremos. -añadió.

Cerré los ojos con fuerza. No estaba seguro de querer intentarlo.

En cuanto el sueño se fue apoderando de mí, Katherine ocupó mi mente. Con su característica expresión, salvaje, sensual, pero a la vez tierna y delicada, como una rosa. Mi Kathy. Sus ojos clavados en los míos, parpadeando con extrema lentitud. Sus labios de un suave tono rosado, curvándose lentamente en una bella sonrisa.

Mi Kathy. Mi Green.

"Mi Kathy. ¿Por qué decidiste rendirte...? ¿Por qué decidiste irte, sin tan siquiera avisar? ¿Por qué dejaste que te quitaran la vida...? Nadie tiene derecho a quitártela de esa manera. ¿Por qué se lo permitiste? Sé que a pesar de todo, jamás me abandonarás. 
Aún recuerdo tu tierna sonrisa, esa que me dedicabas cada vez que me veías en el puerto. Aún recuerdo tus largas pestañas y tus párpados ocultando tus preciosos ojos cuando te miraba. Aún recuerdo el rosado rubor de tus mejillas cuando te hablaba. Aún recuerdo tu risa aquellas tardes en las que hablábamos hasta no poder más. También recuerdo tu sonrisa a los dieciséis años, pero no por verme, si no por ver a Harry. También recuerdo tus ojos cerrarse cuando Harry te miraba. También recuerdo el rubor de tus mejillas cuando Harry te hablaba. También recuerdo tu risa cuando hablabas, incansable, con Harry. Después de yo haberte roto el corazón. Y sigo recordando, como si hubiera sido ayer, el brillo de tus ojos cuando te besé en aquel bosque. Cuando te pedí algo más que besos, y tú me lo diste, a pesar de saber que no me merecía esa segunda oportunidad. Y por desgracia, también recuerdo todas y cada una de tus lágrimas en aquellas veces que te hice llorar. Recuerdo tus labios presionados contra los míos. Tu piel. Aún recuerdo tu rostro cada vez que te miraba. Recuerdo tus ojos sosteniendo los míos. Recuerdo los que me hacías sentir cuando estabas cerca, o cuando me mirabas, o cuando me hablabas, o cuando me sonreías, o cuando me abrazabas. Aún te recuerdo, ¿sabes? Como si en realidad no hubieran pasado tres meses desde la última vez que te vi. Como si hubiera sido ayer. Y aún recuerdo lo que siento por ti; ese amor tan grande que no me deja respirar cuando apareces en mi mente. 
Y sé que, jamás voy a olvidar nada de esto. Nunca. Por mucho que pasen los años. 

Por mucho que me digan que te olvide. 

Por mucho que me duela."



12 comentarios:

  1. Bueno, yo aquí a punto de irme a la cama y veo que has publicado hace 9 minutos!!!
    Como siempre, sin que me falles: un capítulo para llorar.
    Todavía tengo la esperanza de que Kathy aparezca de cualquier parte y nos dedique una sonrisa. Que abraze a Jake y que se besen.
    Me alegro mucho de que nuestros comentarios te den fuerzas porque todos decimos la verdad.
    Besoss

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    1. ¿Puedo morir de amor? ¿Ya? ¿O aún tengo que aguantar viva con estos comentarios tan increíbles?
      Dios mío, no sabes lo feliz que me hacen vuestros comentarios, y el tuyo nunca falla... :))
      La verdad es que no puedo adelantaros nada... Pero sino, lo haría :)
      Me dan más que fuerzas, en serio :')
      Un besazo enorme, Cris, y muchísimas gracias por todo *___*

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  2. Me encanta el cap, como siempre :D!!!!!!!
    Sigo esperando que Kathy vuelva y haga sonreir a nuestro abatido Jacob!!!
    Pues nada, que me alegro que te guste ver mis comentarios y que te dedico un rato de tiempo, simplemente, por que te lo mereces.
    Muchos besazos, guapa!!!

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    1. Asadsdgdla ¿En serio? :))) Muchísimas gracias, cielo!! *___*
      Yo también lo espero, la verdad :____)
      Claro que me gusta, es más, me encanta. Vosotros sois los que hacéis que siga con esta historia, de verdad que sí :)
      ¿En serio? OMG LLORO DE LA EMOCIÓN :))))
      Un besazo, cielo :)

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  3. Respuestas
    1. ¿Como tú? ¿Como tu historia? ¿COMO TU BLOG? :) Sabía que querías decir eso :))

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  4. COMO SIEMPRE ME HAS HECHO LLORAR :'(
    No me parece justo que me estés haciendo pasar por esto, que lo sepas. Es que lo paso fatal y a la vez me encanta, creo que por tu culpa me estoy volviendo bipolar. Quiero el siguiente please :)
    Que sepas que pese a que no hayas traído de vuelta a Kathy aún sigo pensando que está viva eh !
    Me alegra de que te animen TODOS los comentarios porque significa que entre esos están los míos :$
    Que ya sabes, lo de siempre ME ENCANTA y no dejes de escribir nunca, nunca !
    Y creo que a parte de decirte que me he enamorado de historia no me queda nada más.

    Un besazo !

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    1. Oiiish, lo siento :(((
      Asadsdgdhajkd ¿Dudabas que tus comentarios significan mucho para mí? ¡No sabes cuánto! Y más viniendo de una escritora tan genial como tú, con un blog y una historia tan perfectos... No sabes la fuerza que me dan vuestros comentarios, las sonrisas que me sacan, las risas... La emoción de ver que a alguien le gusta lo que lee :)))
      Para enamorada yo de tu historia, que a ver si puedo ponerte uno de esos super comentarios, de esos que te mereces ;)

      Un besazo, preciosa, y muchísimas gracias por absolutamente todo :)

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  5. Que le has hecho a Kathy??? No me lo puedo creer!!!!

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