Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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jueves, 13 de septiembre de 2012

DDM: Capítulo 37

Bueno, chicos, aquí os dejo el capítulo 37. Me sobra algo de tiempo, y prefiero escribirlo ahora, y no más tarde. Espero que lo disfrutéis, y bueno, muchísimas gracias a todos, de verdad, a todos los que pasáis por este blog, y me dejáis vuestros comentarios... En serio, os estoy MUY agradecida, no sabéis cuánto. :)
Disfrutad del capítulo :)




- No, Jacob, no...

Me cambié de postura, desorientada.
Notaba un calor tremendo, y no sabía a qué venía. Ni tampoco sabía quién estaba hablando.

- Jake, no, por favor...

Me acurruqué sobre mí misma, dormida, y oyendo esa voz hablando.

- No te vayas, no lo hagas. No me abandones.

Quería gritar que se callase, que por qué decía esas cosas.
El corazón me latía a mil por hora, y sentía que en cualquier momento, iba a salírseme del pecho. De pronto, sentí un dolor abrasador, en el pecho, y luego, en la cabeza. Una explosión de calor, que terminó haciéndome gritar.

Me incorporé, asustada, empapada en sudor, y abrasada por el calor. Miré a los lados, en busca de esa voz que hablaba en mis sueños, pero nadie estaba despierto.
¿Qué estaba pasando? Me levanté, pero había algo extraño en el ambiente. La oscuridad era todavía más densa, y nadie parecía estar respirando. Caminé unos cuantos centímetros, y me fijé en que llevaba un vaporoso vestido blanco...

- No, Jake, no me dejes...

Me giré, movida por el miedo, y me vi a mí misma sobre el suelo, temblando, y hablando en sueños. Jake se encontraba a mi lado, profundamente dormido.

Y de pronto, un frío helador me envolvió, y ante mis ojos, arrodillada al lado de Jake, apareció una mujer. La figura blanca de una mujer, que reía malvadamente.
Enseguida la reconocí.

- ¡Mamá! -grité, con miedo.

Sus ojos parecían tener un color rojizo, y su rostro estaba contraído en una terrible expresión de maldad. Sabía que no era ella, que era ese espíritu malvado que había intentado ahogarme.
Colocó una mano sobre su propio pecho, cubierto por el mismo vestido que yo, y de la nada, apareció una daga clavada en su pecho. Era extraño, porque me resultaba familiar...

Lanzó una risa maligna, y con un leve tirón, se sacó la daga del pecho. De su piel comenzó a brotar sangre, lo que me hizo gritar de miedo. Su vestido de gasa se tiñó con rapidez de rojo.

- ¡Mamá! -exclamé.

Me tapé la boca con las manos, y mis ojos se humedecieron. Aquello era muy raro, y era una auténtica tortura.

Giró la cabeza con lentitud hacia mí, y con la daga en alto, me sonrió de una forma salvaje, propia de un asesino psicópata.

- ¿Le quieres...? -susurró, con una voz gutural y profunda.

Miré en dirección a Jake, y me dio un vuelco el corazón. Claro que sí, le amaba.

- S... sí... -musité.

Entonces se rió con fuerza, y sin dejarme tiempo a pensar, dejó caer la daga sobre el pecho de Jake, el cual gimió de dolor, y abrió los ojos.
Yo grité de miedo, y caí al suelo, temblando como una niña pequeña. Y en eso me convertí. Me vi en el suelo, con un vestido azul y blanco, sobre la hierba, y llorando. Reconocí ese momento; cuando mi madre murió. Cuando me lo contaron.

- ¡PARA! -exclamé, llorando. -Para, por favor...

Sabía que era cosa del espíritu que había visto al llegar a la isla, y sólo deseaba que parara esa tortura.
Y de pronto, me sumí en una densa oscuridad.

***

Me incorporé con rapidez, y jadeando. Me llevé la mano a la frente, y me acaricié la piel, perlada de sudor.

- Sólo ha sido una pesadilla... -susurré, para consolarme a mí misma.

Cerré los ojos, para intentar frenar las lágrimas, cosa que conseguí. Cuando los abrí, lo primero que hice fue mirar hacia Jake, que estaba boca arriba, y profundamente dormido. Pero estaba a mi lado, y bien. Con lo cual, lo que había pasado, había sido producto de mi imaginativa mente. Suspiré, tranquila, y me dejé caer sobre el suelo frío y duro.

Sabía que no podría dormirme, así que me limité a esperar. En ese tiempo, me pasé suspirando y conteniendo las lágrimas con bastante frecuencia.

- ¿Green...? -musitó Jake.

Ladeé la cabeza para mirarle, pero él no tenía los ojos abiertos. Me asusté, ya que me había llamado, pero no estaba despierto.

- ¿Me estoy volviendo loca, o qué? -susurré.

Cerré los ojos, para intentar descansar, cuando un ligero gimoteo me hizo volver a mirar a Jake.

- ¿Green...? ¿A dónde vas...? -un gemido, algo parecido a un llanto. -No me dejes... Quédate conmigo, por favor...

Por extraño que pareciera, Jake también estaba soñando con que me perdía.

- No... no la hagas daño, no lo hagas... -sollozó. -Déjala, por favor, mátame a mí...

Me incorporé sobre un brazo, y le observé atentamente. Una parte de mí quería despertarle, decirle que era una pesadilla, que yo seguía a su lado. Pero por otra, quería quedarme mirándole, observando cómo actuaba, y qué pasaba.

Se empezó a mover, y su cuerpo empezó a temblar. Gotas de sudor perlaban su pecho desnudo, justo encima de su herida vendada.

- ¡No! -exclamó. -¡No!

Y entonces supe que era cruel por mi parte. No despertarle.

- Eh, eh, Jake, despierta, vamos. -le dije.

Coloqué una mano sobre su hombro, y le zarandeé.

- Jacob, estoy aquí.

Un gemido como respuesta, y entonces vi que sus ojos verdes me miraban fijamente.

- Oh, Green, estás aquí... -musitó.

- Siempre he estado aquí, Jake. Siempre. -contesté, sonriendo con ternura.

A los dos nos habían asaltado las malditas pesadillas, y los dos habíamos soñado que nos perdíamos el uno al otro.

- Pensé que... que habías... muerto... que te había perdido...

- Sssh, no digas nada. Ha sido una pesadilla, yo sigo aquí.

Le sonreí levemente, y coloqué una mano sobre su mejilla.

- Duérmete, anda. -le aconsejé.

Él asintió, con los ojos cerrados, y yo me incliné hacia él. Me quedé a escasos centímetros de su rostro, dudando, hasta que al final me decidí, y deposité un suave beso sobre su mejilla, cerca de la comisura de sus labios.

***

Parpadeé varias veces, desorientada. Tardé en hacerlo, pero finalmente, me situé. Jacob seguía dormido a mi lado, y alcé ligeramente la cabeza para ver si había alguien más despierto.

- ¿Kathy? ¿Estás despierta? -era claramente la voz de Harry.

- Sí. -sonreí.

Harry se incorporó, para mirarme desde su rincón. Oímos que alguien más se levantaba, y vimos que se trataba de Gwendolyn, Dan y Diana.

Harry y yo nos levantamos del suelo a la vez, sólo que yo me arrodillé al lado de Jacob, para despertarle.
Mientras tanto, Harry se acercó a Jessica, para despertarla.

- Eh, Jess, vamos. Es la hora.

Se levantó, y fue hacia Roger y Valentina, que se habían dormido juntos, y les dijo exactamente lo mismo. Seguidamente, repitió el mismo proceso con Jason y Emily.

- Jake, despierta. Partimos ya.

Jacob parpadeó varias veces, y sacudió la cabeza con extrema lentitud. Asintió, para decirme que ya había oído mis palabras. Yo me giré, y me encontré a Harry arrodillado ante Jessica, con expresión de terror.

- Kathy, ayúdame.

Enseguida me coloqué a su lado, y miré a Jessica.

- No despierta... -susurró Harry.

Me apresuré a tomarla el pulso. Tenía el rostro pálido, y una expresión terrorífica; puro dolor.
Me horroricé al ver la dura realidad; Jessica había perdido la vida. Tenía los ojos entrecerrados, y parecía llevar bastantes horas sin vida.

- Harry, comprueba a los demás. Estaban igual, o peor que ella. -dije atropelladamente.

Este se levantó, y asintió. Se fue corriendo hacia Roger y Valentina, y yo hacia Jason y Emily.
Coloqué dos dedos sobre el cuello de Jason, pero al ver lo frío que estaba, supuse que estaba exactamente en el mismo estado que Jessica.
Pero con Emily tuve más suerte.

Su piel aún seguía cálida, aunque parecía inconsciente. Pude sentir el ligero pulso en su cuello, y eso me llenó de alegría. Al menos, ella seguía viva.

- ¡Emily sigue con vida! -exclamé.

Harry se acercó a mí por detrás, y me dio un susto cuando habló.

- Roger y Valentina no han tenido la misma suerte.

Los tres fallecidos, el día anterior, habían empeorado notablemente, y yo ya me temía que perderían la vida. Ahora sólo quedábamos Emily (aunque no en muy buen estado), Jacob, Gwendolyn, Dan, Diana, Elizabeth, Harry y yo.
El número de personas iba disminuyendo cada vez más. Y me temí lo peor.

Harry me cogió de la mano y me levantó del suelo.

- Debemos irnos. Ya están muertos.

Asentí a duras penas, y miré hacia Gwendolyn y Diana, que miraban a los cadáveres. Dan, en cambio, se había levantado y se disponía a coger lo que quedaba de provisiones y las mantas.

Y así, entre todos, recogimos el improvisado "campamento", junto a una antorcha que aún aguantaba.

Harry y yo nos acercamos para ayudar a levantar a Jake, que gimió de dolor.

- Me duele mucho. -dijo, apretando las mandíbulas.

- Lo sé. -susurré, preocupada. -Lo sé, Jake. Pero te pondrás bien, y saldremos de aquí. Ya lo verás.

Me dirigió una mirada cargada de tristeza, como diciendo; "Sabes que no saldré de esta. Que es casi imposible". Y esa mirada me derrumbó. Me limité a mirar hacia delante, y a servirle de apoyo, junto a Harry, para que no cayera al suelo.

A partir de ese momento, nadie dijo nada. Abandonamos a Jessica, Jason y Roger atrás, los tres juntos, y tumbados sobre el suelo. Era difícil, pero no podíamos hacer nada más.
Y Dan se encargaba de llevar a Emily, que seguía inconsciente, en brazos.

***

Las horas se arrastraban con extrema lentitud, y todos estábamos más débiles. Yo y Harry apenas podíamos con Jacob, que no podía poner mucho más de su parte, y Dan se tambaleaba con frecuencia, ya que no podía con Emily. Pero debíamos ser fuertes, y seguir adelante. Aunque era fácil decirlo.

Estaba centrada en mis pensamientos, cuando un golpe sordo me sacó de ellos. Con los ojos muy abiertos, miré en la dirección de donde provenía el ruido, y estuve a punto de soltar a Jacob, si no fuera porque no quería hacerle daño.

- ¡Diana! -exclamé, preocupada.

Y cuando dije eso, Harry soltó a Jacob, y corrió hacia Diana.

- ¡Di! ¿Ocurre algo? ¿Te encuentras bien? -exclamó, fuera de sí.

Ella se limitaba a asentir, con los ojos cerrados, y sentada en el suelo.

Jacob estuvo a punto de caer, de hecho colocó las rodillas sobre este, pero yo me mantuve firme. Me costó volver a levantarle, pero lo hice.

- Venga, Jacob... -susurré en su oído. -Di, ¿te encuentras bien? -exclamé.

Ella asintió, con la mano sobre la cabeza.

- Me he mareado, ahora se me pasa. No os preocupéis... -musitó.

Harry la tomó en brazos, y la ayudó a levantar. Después, Gwendolyn se acercó para ayudarme a cargar con Jacob, ya que Harry tenía que ayudar a Diana.
El camino iba descendiendo, y ahora era más difícil caminar por la pendiente que había.

- ¿Crees que se pondrá bien? -susurré.

- Sólo se ha mareado. Todos estamos cansados, hambrientos, y sedientos. -contestó Gwendolyn.

Yo asentí, y juntas, echamos a caminar, llevando a Jacob sobre nuestros hombros.

***

- No puedo más. -susurró Elizabeth.

Y dicho esto, yo me desplomé sobre el suelo, haciendo que Gwendolyn perdiera el equilibrio, y que Jake cayera al suelo a mi lado. Gimió de dolor.

- Deberíamos parar... Y comer algo... -musité.

Harry estaba algo pálido, y tenía el rostro demacrado. Por no hablar de Diana. Gwendolyn asintió, de acuerdo con mi propuesta.
Llevábamos horas caminando, y nos habíamos saltado el desayuno y la comida porque no había casi alimentos. Y teníamos que aguantar lo máximo.

- Está bien. -susurró Harry, con algo de tristeza.

Nos dejamos caer, y Harry dejó a un lado la antorcha, contra unas piedras. Juntos, con movimientos torpes y temblorosos, repartimos trozos de pan duros, fruta ya casi podrida, y nos pasamos un odre de agua.
Aunque la fruta tuviera mal aspecto, nos daba igual. El hambre era mayor que eso, así que nos lo tomamos sin problemas y con gran avidez.

Una vez terminamos de comer, nos dispusimos a descansar, y a dormir. Me levanté, para ir hacia Jake, pero en ese momento, vi un leve destello a mi izquierda, por el rabillo del ojo. Me giré, alzando una ceja, y sorprendida. ¿Qué había sido eso? ¿Mi imaginación?
Cogí la antorcha, segura de que lo que había visto era real, y apunté en esa dirección.
Me quedé boquiabierta al comprobar que efectivamente, no había sido mi imaginación.

Algo brillante, probablemente un objeto, se encontraba en el suelo, a varios metros de distancia, cercano a una roca. Entrecerré los ojos, para ver si podía adivinar que era desde mi sitio, pero llegué a la conclusión de que me era imposible, así que me acerqué con paso lento pero firme.

- ¿Qué ocurre, Kat? -preguntó Harry, que intentaba que Diana se durmiera.

- Nada, nada, no te preocupes. -le calmé.

Seguí caminando, hasta que estuve lo suficientemente cerca como para ver qué era.

Una daga.

Una daga que me era muy familiar.

Me arrodillé, y la cogí por el mango con delicadeza. Cuando la luz del fuego chocó contra el oro, este brilló con gran intensidad, reflejando la luz.
Acaricié las formas que tenía talladas en el mango, y entonces una lágrima rodó por mi mejilla.

Esa daga me era muy familiar.

Era la daga que había salido en mi pesadilla, la que mi madre había utilizado para asesinar a Jake.

Las lágrimas brotaban de mis ojos con rapidez, y entonces susurré:

- Padre...

Aquella daga, era la daga de mi padre.
Y cuando alcé la vista, por casualidad, se me calló la antorcha al suelo. Me quedé boquiabierta, y sólo oí el latido de mi corazón. No podía respirar.

Me picaba la nariz, y la garganta. Tenía ganas de gritar y de llorar por el miedo y el dolor.

Había un esqueleto. Pero no era un esqueleto cualquiera.

- Papá... -musité, sollozando, a punto de caer al suelo cuan larga era.

Era el esqueleto de mi padre.


4 comentarios:

  1. O_O Te me has vuelto sádica churri...Entre la pesadilla,y los muertos....Pero me HA ENCANTADO,Sobre todo que ambos tuvieran la pesadilla :') QUÉ BONITO. Yo pensé que el esqueleto sería de otra....persona xD Dejémoslo ahí MUAJAJAJAJAJAJAJA No puedo esperar a que llegue el siguiente.........NO PUEDO.

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    1. Muuuy sádica :) Espero no tener que volver a ser así xD Me alegro de que te haya gustado, cielo :)
      Su papi T_T

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  2. Jo ! ME he leido poco a poco esta historia April! Que no sabía que estabas escribiendo esta historia ! Me he henganchado si si si!!! Escribes muy muy bien! y tienes mucha imaginacion que se puede ver :)) de verdad me gusta subeel siguiente un besito :)
    Ah pasate por mi blog si quieres :))
    http://comoelatardecerenprimavera.blogspot.com.es/

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    1. Ains, me alegro de que te guste! ^^ Y más viniendo de alguien que escribe tan genialmente bien como tú! Espero que te sigas pasando, y dándome tu opinión sobre los siguientes capítulos :)
      Tengo que ponerme al día con tu historia, que es una de mis favoritas! ^^
      Un beso!

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