Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




Seguidores

sábado, 23 de junio de 2012

DDM: Capítulo 28

Aquí os traigo el 28 :) Espero que os guste, como siempre os digo :))



Respiraba tranquilamente, sumida en una inquieta oscuridad. Las pesadillas me acompañaban, lo sabía, pero no me daba cuenta de nada. En ese momento, unas manos me zarandearon por los hombros, sacándome de mi leve trance.

- Kate, despierta, despierta. ¿Estás bien?

Parpadeé varias veces, y noté que estaba cubierta por un sudor frío.

- Sí, sí. He tenido una pesadilla, que por cierto, ya no recuerdo. -musité.

Liv esbozó una gran sonrisa, lo que me animó bastante. Hasta que recordé todo lo que había pasado el día anterior.

- Por cierto. ¿Qué haces en mi sofá? -preguntó Liv, sin dejar de sonreír.

- Ah, es verdad. Lo siento, de veras. -me disculpé. -Es que quería verte, pero claro, estabas dormida, y no quería despertarte con mis tonterías...

Olivia se sentó a mi lado, y me cogió una mano. Sin dejar de mirarme, comenzó a hablar.

- Ahora que estoy despierta, puedes contarme tus tonterías. -sonrió.

Yo desvié la mirada, tímidamente, sin saber cómo empezar. Pero no necesité mucho tiempo, porque las palabras salieron solas.

- ¿Alguna vez te has sentido demasiado confusa, insensible por tener tantos sentimientos? ¿Alguna vez te has sentido alguien poco importante, perdida, que no sirve ya para nada, que se derrumba cada dos por tres, que tiene demasiado miedo de todo, que se siente traicionada siempre?

Liv parpadeó dos veces, sin saber responder. Yo fijé la vista en la cama que tenía en frente, por fijarme en algo. Sentí que las lágrimas acudían a mis ojos, pero no sabía por qué eran. ¿Dolor, alegría? no lo sabía, porque ya no sentía nada.

- Así es como me siento yo ahora, Liv. -susurré, con los ojos húmedos por las lágrimas.

Liv me abrazó con fuerza, y solté unas cuántas lágrimas sobre su hombro, para desahogare por nada.

- Ay, Kate... Es normal. Has descubierto muchas cosas en pocas horas, y cuesta asimilarlo. Pero no eres alguien de poca importancia, no eres inútil, no te derrumbas cada dos por tres, y no eres traicionada cada dos por tres.

- Liv, seamos realistas. Últimamente sólo sé llorar, y tener miedo de lo que me puedan hacer psicológicamente. -la miré, y continué. -Sí que me siento traicionada; mi padre desde que era pequeña, ocultándome la verdad, Harry me ha traicionado a su manera, sin contarme que amaba a Diana, Jacob me había prometido darme más tiempo, y me ha traicionado besando a la Elizabeth. Y ahora Harry vuelve a traicionarme. -solté de una vez.

Liv me acarició el pelo con dulzura, para tratar de calmarme, pero daba igual.

- ¿Qué ha hecho Harry?

- Lo voy a decir en resumen. Ha dejado embarazada a mi supuesta mejor amiga, Diana, que tampoco ha tenido el valor de contarme nada. -suspiré.

- Kate, estoy segura de que lo han hecho por miedo, y me refiero a Diana y a Harry. El amor no correspondido es muy doloroso y fastidiado, y te aseguro que tenían miedo de hacerte daño. Ellos te quieren demasiado, Kate, y te aprecian mucho. Para ellos, no eres una persona inútil, o poco importante. Para Diana, has sido su mejor amiga, y has sido su líder en un barco durante muchos años. Te aseguro que no lo han hecho por maldad.

Nos miramos. Tal vez tenía razón, pero ya no era capaz de sentir otra cosa. Me dio un suave apretón en la mano, y esbozó una leve sonrisa, para darme ánimos.

- Y lo del chico guapo... No tenía ni idea de lo que había pasado... ¿Habéis hablado ya?

- Ni hablar, Liv, no. -dije, cruzándome de brazos, y secándome las lágrimas. -Creo que es verdad que siento algo por el chico guapo -ya me había acostumbrado a llamarle así en presencia de Liv. -Pero lo que ha pasado... Ya no sé nada. Liv, me prometió todo el tiempo del mundo para que ordenara mis sentimientos, y justo cuando me decido a ir a hablar con él, está besando a la víbora. Eso no ha sido todo el tiempo que yo necesito, Liv, ha sido el tiempo que él necesitaba.

Liv suspiró, y abrió la boca para hablar, pero se lo pensó dos veces. Al final, lo soltó con dulzura,

- Mira, Kate. Sé que todo parece estar en tu contra, pero es que esto ha sido demasiado intenso y en muy pocos días. Deberías hablar con Harry y Diana, y con el chico guapo. Tenéis que arreglarlo todo, porque los del chico guapo... quizá no fue él, y fue la víbora. Piénsalo. Elizabeth quieres estar con él, y es muy posible que fuera un beso forzado. Existen los malentendidos, Kate.

Yo asentí, frunciendo los labios para no romper a llorar. Quería gritar, tirar cosas, algo para desahogarme. Y pensar, ordenar mis sentimientos, y averiguar qué sentía de verdad y por quién.

- Gracias, Liv. -susurré.

- Nada, Kate, ya sabes que estoy aquí para escuchar tus tonterías.

Nos fundimos en un cálido y reparador abrazo, y salí de su cabaña. Me estiré, y respiré profundamente aquel aire veraniego de las mañanas. Caminé por el poblado, y me decidí a ir al pozo, y ayudar a sacar agua. Me dirigi a ese lugar, y allí me encontré a las madres y a las hijas, e incluso a algún chico, sacando agua de un pozo con cubos.

Me dispuse a ayudar, cogiendo dos cubos de agua, y caminé otra vez en dirección al poblado. En mi soledad, envuelta en mi silencio, acompañada de mis pensamientos, y del latir de mi corazón.

- Katherine. -alguien me llamó, pero desde ayer, estaba medio dormida, así que no pude adivinar de quién se trataba.

Me di la vuelta, y me encontré con Harry cara a cara.

- Harry. -dije solamente, pareciendo sorprendida.

Me di cuenta de que había recuperado mi ironía, mi tono de sarcasmo, mi frialdad y lejanía.

- Kathy, por favor... -suplicó.

- Qué, ¿os lo pasasteis bien? Se ve que mis problemas no te interesan, y buscaste la mejor forma de olvidarte de ellos.

- Kathy, por favor, te lo suplico, déjalo ya, quiero arreglarlo, no estropearlo...

Resoplé, y seguí caminando, con los cubos de agua. Hacerle eso me dolía profundamente, pero... ¿lo que me había hecho él, acaso no era peor?

Me cogió de un brazo, lo que me hizo soltar uno de los cubos, que cayó pesadamente al suelo derramando su contenido.

- ¡Harry! -exclamé, mirando el agua del suelo. Resoplé, y me agaché.

- Lo siento, Kathy, pero creo que es más importante nuestra amistad, que un cubo de agua.

- Tengo mis dudas. -susurré, fríamente.

No quería ser tan dura para nada, es más, deseaba arreglarlo, pero estaba muy enfadada, y lo último que quería hacer era perdonarle.

- Ya no sé qué hacer, Harry. Perdonarte o no perdonarte. Porque ahora tengo dudas sobre la confianza entre los dos. No sé si me ocultarás más cosas, y eso es lo que no quiero.

Harry se acercó a mí, con expresión suplicante y triste.

- Katherine, lo siento muchísimo, y sé que no me merezco otra oportunidad, pero no quiero perderte. Sé que he hecho mal, que al menos debería de haberte contado algo, pero no lo hice. Tuve miedo de hacerte daño, y por eso lo dejé pasar. Perdóname, Katherine, perdóname, por favor.

Me levanté, y coloqué los brazos en jarra. Le miré fijamente, sin saber muy bien cómo actuar. Contenta, y perdonándole, o enfadada, fría y distante, ignorando sus súplicas.
Pero finalmente, hice algo distinto. Porque no me decidía.

- Veremos qué pasa con el tiempo. -dije solamente.

Me di la vuelta, con los dos cubos, uno lleno y el otro vacío, hacia la cabaña que se dedicaba a almacenar agua para el resto de los aldeanos.
Oí otra voz, masculina también, que me sacó de mis pensamientos.

- Katherine. ¿Ya puedes hablar?

Me di la vuelta, justo cuando salía de la cabaña, y vi a Jacob. El chico guapo para Liv.

- Ah, Jacob. -respondí simplemente.

Él se quedó mirándome, frunciendo los labios, y sentí que mi corazón latía con rapidez. Su pelo rubio y revuelto, sus preciosos ojos verdes, su piel bronceada...

- Me estás ignorando, de la misma manera que... que ya sabes.

Y con esas palabras, un fugaz recuerdo.

"Camino con la cabeza bien alta, haciendo resonar mis nuevas botas de cuero marrón. Hago como que nada me ha afectado, y veo a lo lejos a Jacob, a su nueva novia, y a sus amigos.
Me acerco, y me siento más nerviosa, pero hago como que nada ocurre. Estoy perfectamente, lo que pasó el otro día, el día de mi cumpleaños, no me importa. Me ha ayudado a darme cuenta de lo... estúpido que es Jacob Fellon. 
Sucia babosa...

- Mirad, la marinera. -ríe uno de sus amigos. 

- ¿Qué hace un sapo cerca del mar...? -rebato en voz alta. 

Están al lado del barco de mi padre, donde me toca trabajar subiendo cajas y cuerdas. 

- No vas a llegar a nada. -escupe otro de sus amigos. 

- ¿Y tú sí? -suelto. -Para ti, veo un futuro muy, muy negro. 

Resoplo, y pongo los ojos en blanco. Veo que Jacob se ríe por algo que han dicho sus amigos y que yo no he oído, y veo que abre la boca para decirme algo humillante, así que le corto.

- Cállate, capullo. -cojo aire, y digo en voz alta. -No hables, porque tengo una lista muy larga de insultos para ti. 

Recojo unas cuerdas del suelo, ocupada en mis asuntos, y me las echo al hombro. Oigo de pasada que se ríe todos y hablan mal de mí, pero me da exactamente igual. No se puede hablar con paredes como ellos. 

- Jacob me ha preferido a mí desde el principio. -dice Nikki.

- Y yo no he dicho que no. -respondo a su nueva novia. 

- Por favor, te intentas hacer la fuerte... cuando estás llorando por dentro. 

En ese momento, me giro, con una expresión de odio y rabia en mi rostro, y suelto de repente. 

- Mira, prefiero que te haya elegido a ti, ¿sabes? Y te preguntarás por qué. Pues muy fácil; porque Jacob sólo se fija en lagartas, cerdas y perras como tú. Y yo no soy de eso, así que me siento orgullosa de no estar con él. 

Los chicos se ríen, y Nikki está a punto de explotar de la vergüenza.

- Mejor no digas nada, anda. -la interrumpo. -Porque para ti también tengo una larga lista de insultos. 

Nikki se cruzó de brazos, frunciendo los labios y roja como un tomate. Jacob la agarra de la cintura y la acerca a él. 

- Sé lo que intentas, babosa, -digo refiriéndome a Jacob. - pero no lo vas a conseguir. Porque más que envidia... me das pena. Los dos. -hago un a pausa, acercándome a las escaleras del Greenwood. -Adelante, revuélcate en la misma mierda que tu novia la cerda. 

Subo las escaleras, con la cabeza bien alta, y con paso firme. Me he quedado más a gusto, lo tengo que admitir. Después de eso, me siento en la cubierta, apoyada en la barandilla, y simplemente, pienso."

- Porque te merecías que pasara de ti, admítelo. -dije, sin ningún rodeo.

Jacob bajó la vista, azorado, y arrepentido.

- Katherine, te dije que te daría todo el tiempo del mundo, y es una promesa que debo y que voy a cumplir. Elizabeth fue la que me besó. No yo.

Le miré, alzando las cejas.

- No te vi apartarte.

- Dios, Katherine, entraste justo en el momento en que me estaba besando, no pude hacer nada, hasta unos segundos después, cuando tú ya te había marchado, que reaccioné, y me aparté. Créeme, por favor. Yo no la besé, fue ella.

Suspiré largamente, y miré al suelo, sin saber muy bien cómo actuar.

- Pero yo no venía a eso. Venía a preguntarte que... Cuánto tiempo vas a necesitar.

Me encogí de hombros, y respondí con frialdad.

- No lo sé.

En ese momento, y sin ganas de hablar con nadie, me giré, y me alejé de allí.  Caminé hacia la curandería, para ver qué tal estaba Diana. Por suerte, allí no estaba Harry.

- ¿Qué tal te encuentras? -la pregunté.

Había recuperado su color, y se encontraba más activa, y sin dolores. Ya no vomitaba, salvo alguna excepción.

- Mejor que antes. -sonrió.

Parecía muy feliz, a pesar de su estado. Me acerqué a ella, y la agarré de una mano.

- Me alegro por vosotros, Diana. -sonreí.

Ella gimió de felicidad, y por un momento pensé que se iba a echar a llorar.

- Estoy muy feliz, Kathy, no sabes cuánto...

Nos abrazamos, y eso la hizo echarse a llorar. La intenté consolar, aunque más bien no era de tristeza, sino de alegría, pero bueno. Después de eso, me pasé todos el día junto a ella, hablando de cosas poco importantes, y riendo juntas. A pesar de todo lo que había pasado, ella seguía siendo mi mejor amiga, y nada cambiaría eso.
Me di cuenta de que era de noche al mirar por la ventana, y en ese momento, alguien entró en la cabaña. Se trataba de Dan.

- Kathy, tengo una noticia.

- Dime. -dije, girándome hacia él.

- Mañana partimos al corazón de la isla, capitana. Mañana emprenderemos la búsqueda del tesoro.

6 comentarios:

  1. O_O Harry feo...Jacob......Elizabeth guarra y Diana guapa ^.^ Te quiero ;)

    ResponderEliminar
  2. Cuánto odio a Harry!!!
    Espero que Jacob sea lo suficientemente listo para arreglarlo.
    Y que Diana siga feliz.
    Está genial April y cada vez estoy más enganchada a tu historia!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pobrecillo, si es muy majo jajaja
      Muchísimas gracias! ^^

      Eliminar
  3. ...No sé que decir... La verdad es que me gusta mucho! Haces que me ponga en la piel de los personajes y que sienta su odio y su tristeza!!
    Ojala Kate tenga un futuro mejor porque lleva una racha...
    Sigue así, que me encanta!!
    Besos ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que digas eso! ^^
      Ya, menuda racha.. Esperemos que sí jijiji :)
      Besooos!!

      Eliminar