Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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lunes, 18 de junio de 2012

DDM: Capítulo 26

Aquí os dejo el 26, espero que os guste!


Yo corría. Simplemente corría. Como si así pudiera alejarme de los problemas que me perseguían.
El beso de Elizabeth y de Jacob seguía en mi mente, acompañado de las palabras de Jacob "- Te daré todo el tiempo que necesites, Katherine". ¿En serio? No lo parece.

Me mordía el labio inferior, por el simple hecho de intentar frenar el llanto. Me ardían los ojos, y la garganta de tanto correr.

No sé cómo, pero cuando quise darme cuenta, había llegado a la cabaña de Harry. Me paré ante su puerta, y una parte de mi corazón destrozado quiso que me diera la vuelta, y buscara a Liv, para contarla que el chico guapo, no era tan bueno como creíamos.

Pero otra parte de mi corazón, me pedía a gritos que entrara, y así ver a Harry. Pero no estaba segura de nada. Tenía miedo de abrir esa puerta, y encontrarme con que Harry tampoco estaba disponible para mí. Es decir, un beso entre él y Diana.

Al cuerno el amor.

Alargué el brazo, para llamar a la puerta, pero entonces me di cuenta de que ya nada me importaba. Me daba igual si estaba ocupado, yo necesitaba hablar con él. Necesitaba arreglar las cosas, y que me calmara con sus palabras y sus preciosas sonrisas.

Empujé la puerta, con urgencia, y me quedé en el umbral, sintiendo cómo me temblaba el labio inferior, y cómo las lágrimas acudían a mis ojos otra vez.
Me sentía más que vulnerable, parecía la niña pequeña que un día fui, cuando lloraba por todo. Y ahí estaba Harry, siempre a mi lado, para consolarme.

Y ahí estaba en ese momento, sentado sobre una silla, con las piernas cruzadas, mirándome con una pequeña sonrisa.
Enseguida de levantó, y extendió los brazos. No lo dudé ni dos segundos, y me tiré sobre ellos, fundiéndonos en un abrazo de consuelo.

- ¿Otra vez llorando, Kathy? -me susurró al oído.

Yo asentí, sollozando en silencio, sobre su hombro. Cerré los ojos con fuerza, aspirando su aroma. Intentando calmar mi corazón fragmentado, que intentaba recomponerse a duras enes, y sin éxito.
Nos apartamos con lentitud, y desvié la mirada, avergonzada por mi estado. Me apartó un mechón de pelo de la cara, y me acarició la mejilla.

- Por qué lloras... -susurró Harry.

Alcé la vista, para mirarle. Sus ojos estaban llenos de compasión, y de preocupación por verme así. Los dos odiábamos estar enfadados, ninguno quería eso.

- Dios, lo siento Harry, lo siento mucho... -me eché a llorar, tapándome la cara.

Me atrajo hacia él, volviéndome a abrazar, para intentar calmar mi intranquilidad.

- Sssh... No te preocupes, Kathy, no ha pasado nada...

- ¡Claro que sí! -exclamé, apartándome de él. -No me he portado muy bien...

- Tu comportamiento está más que justificado, Kathy. Yo actué mal, no contándote nada, permitiendo que sufrieras por mí. Me lo merezco, es más, me merezco eso, y mucho más.

Le miré fijamente. Vale, sí, era posible que tuviera razón...

- Soy yo el que debe pedirte perdón. -hizo una pausa. -Es más, debería pedirte perdón de rodillas. -sonrió.

Ladeé la cabeza, sonriendo por la estupidez de aquellas palabras. Me quedé de pie, mientras Harry se arrodillaba, y juntaba las manos, diciendo, con una sonrisa:

- Perdóname, Katherine Greenwood Wells.

- Anda, por favor, levántate. -dije, ayudándole a ponerse en pie.

Después de aquella situación, me envolvió en otro abrazo, y salimos de la cabaña. Me dio la mano, esbozando una sonrisa.
Caminamos en silencio, por las afueras del poblado, rodeando las cabañas. Nunca nos hacían falta las palabras. Con el silencio, las miradas y las sonrisa, nos entendíamos a la perfección.
Me di cuenta de que con su simple presencia, había dejado de llorar.

- Nada es lo que parece ser. -dije, después de varios minutos de silencio.

- ¿Por qué?

Me encogí de hombros, sin mirarle. Pensando.

- Y en mi caso, nada sale como yo quiero, o nada es como yo espero que sea.

- A ver, cuéntame. -añadió.

- Harry, parte de mi vida ha sido una mentira. -alcé la vista, para mirarle, mientras caminábamos. -Liv me ha llevado a una cueva, donde he descubierto algo que jamás creí posible. Es más, jamás me lo planteé.

Él correspondió a mi mirada, pero no dijo nada. Simplemente escuchó con atención, y esperó a que yo le contara lo que había pasado en aquella cueva.

- Liv me ha enseñado un retrato. Y me ha contado cosas sobre la mujer que estaba dibujada sobre la roca. -hice una pausa, para después, seguir relatando. -Me ha contado como murió; se internó en el corazón de la isla, e busca de ese supuesto tesoro, y jamás volvió.

Sentía el ardor de mis ojos, que impedían el paso de las lágrimas. Recordarlo me derrumbaba un poquito más.

- Esa mujer era mi madre, Harry. -acabé diciendo.

Al escucharlo, abrió los ojos, sorprendido. Nos paramos en medio de un camino cercano a la selva, y me miró, con los ojos abiertos de par en par.

- ¿Qué? Pero... tu madre murió de una enfermedad, ¿no es así? -preguntó, para asegurarse.

- Sí, eso creía yo. Pero todo coincide. Según me ha dicho Olivia, se perdió en el corazón de la isla hace doce años, justo cuando a mí me hicieron creer que había muerto por una enfermedad.

- Lo siento, Kathy, de verdad...

Bajé la mirada, suspirando, pero unos ruidos de madera me sacaron de mis pensamientos. Los dos nos giramos en la misma dirección, y vimos aparecer una cabellera rubia, y unos ojos azules que nos observaban.

La reconocí al instante. Era Gwendolyn.
Esbozaba una media sonrisa, y se acercaba a nosotros pisando las tablillas de madera que había esparcidas por el suelo, seguramente de antiguas cabañas.

- Ya te avisé de que la verdad dolía. -dijo, al llegar a nosotros.

Se cruzó de brazos, y nos miró a los dos, en especial a mí.

- ¿Nos has estado escuchando, Gwen...? -inquirí.

Ella rió, quitándole importancia al asunto.

- No necesito escuchar esa historia, Kat, porque yo ya la conocía.

Me quedé boquiabierta, y me obligué a cerrarla, y a parpadear.

- ¿Cómo...? -balbucí.

- Kat, ¿te cuerdas de aquella conversación en la cueva, antes de salir de ella?

- Cla... claro. -conseguí articular.

- A esto me refería con lo de que la verdad duele. -hizo una pausa. -No te lo conté, porque lo veía inoportuno. Pero ahora ya lo sabes, y no necesito contártelo.

Nos quedamos en silencio, y Gwendolyn esbozaba su media sonrisa.

- No lo entiendo, Gwendolyn, ¿cómo ibas a conocerla tú, y...? -murmuré, pero me interrumpí, recordando.

Me había dicho que sus padres murieron por salvar a mis padres, pero se había callado el motivo. ¿Tendría algo que ver con esta isla...?

- Sí, Kat. Mis padres murieron para que tus padres pudieran venir a esta isla.

En ese momento, vi de reojo cómo Harry echaba una mirada de enfado a Gwendolyn. Y entonces ella se calló, y no continuó hablando.

- ¿Pero por qué? -alcancé a preguntar.

Gwen y Harry se miraron mutuamente, y ella no respondió.

- Eso ya no lo sé. -pero noté el punto de mentira que había en sus palabras.

Estaba harta de mentiras. Era mi vida, y me habían mentido en un tema importante. Y encima, personas ajenas a mi familia, habían conocido la verdad sobre la muerte de mi madre antes que yo.
Humillante.
Y yo que creía que era la dueña de mi vida, la que controlaba el rumbo que tomaba...

En ese momento, se acabó la conversación, porque una mujer adulta,  alta y de figura esbelta, llamó a Harry.

- ¡Señor Harry, señor Harry! -exclamó, corriendo hacia nosotros, con movimientos y zancadas ágiles. -Corra, venga, su pareja no se encuentra nada bien.

Harry se puso pálido de pronto, y siguió sin perder tiempo a la mujer.
Sabía perfectamente que se refería a Diana. ¿Y si la pasaba algo grave? Gwen y yo, seguimos a Harry y a la mujer, corriendo, preocupados por el estado de Diana.

Pasados unos minutos, llegamos a la cabaña, jadeando por la carrera. En cambio, la mujer, está perfectamente, como si hubiera venido caminando.
Abrimos la puerta, y vimos a Diana arrodillada sobre el suelo, vomitando en un cubo de madera. Su cuerpo temblaba, y se convulsionaba por las arcadas.

Estaba pálida, y un sudor frío recorría su cuerpo. Harry se intentó acercar a ella, pero no nos lo permitieron. Harry se zafó de un hombre, y se arrodilló al lado de Diana. La preguntó un millón de veces qué tal estaba, pero ella no podía responder.

- Dejar en paz. Ella estar mal.

Apartaron a a Harry, y una mujer, que hablaba más parecido a Liv, nos explicó:

- Ya sabíamos que Diana vomitaba, y que no se encontraba del todo bien. Pero hoy ha sido peor, tiene fiebre, y está empapada en sudor frío, y no dejar de vomitar. -hizo una pausa. -Pero no se preocupen, vamos a intentar hallar que la pasa, e intentaremos remediarlo.

Asentimos, nerviosos, y se llevaron en volandas a otra habitación.
Y nos quedamos ahí, esperando. Nadie dijo nada, habíamos centrado nuestra atención en la puerta cerrada, tras la cual se encontraba Diana.
Y pasó casi una hora entera, cuando la puerta se abrió. Automáticamente, todos nos levantamos, preocupados.
Miró a Harry, y dijo:

- Harry, Diana está embarazada.

8 comentarios:

  1. .......
    Puuff!!
    Sin palabras!!
    Sólo se me ocurre una cosa:
    ¡¿qué?! ¡¿dóndee?! ¡¿cuándo?! ¡¿por qué?!
    Dios, no me puedes dejar así, necesito saber lo que pasa después!!
    Porfa no me hagas esperar muchoo!
    :D
    Besoss

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    1. Jajajajaja Muchísimas gracias! ^^
      Me alegro de que te guste!
      Besos!

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  2. JAJAJA Por fin lo has puesto,ya pensaba que se te había olvidado o algo... El pequeño bebito <3 Te quiero osito <3

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    1. Por supuesto que no me había olvidado, por favor! ^^
      Te quiero, osito!

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  3. Que mal me cae el Harry!! Osea le dice que esta saliendo con la Diana se enfada y lo primero que hace es irse a la cama con la otra!! No!! Grrrr... ¬¬
    Pero igualmente me encantaa!! *__*
    Besos :D

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    1. Ya, pobrecillo xD Hay que entenderle xD Ya, ahí se ha pasado xD
      Un besazo!

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  4. Aix, April, siento no haberme pasado antes por tu blog, pero ayer me leí los 26 capitulos sin tan siquiera parar a merendar, escribes maravillosamente bien.
    Que monos Harry y Diana, me muero por saber que pasa con ellos.
    Muchos besos

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    1. Te agradezco que e hayas pasado, y me encanta que te gusten! :)
      Muchos besos!

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