Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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sábado, 9 de junio de 2012

DDM: Capítulo 18

Aquí está el 18, espero que os guste!
De ahora en adelante tardaré bastante más en subir capítulos, porque tengo que estudiar para los exámenes, y eso... Besos!



Me sentía flotando, en un sueño, encima de una nube negra. Pero había alguien más conmigo. Y supe quién era nada más mirarla. La que me había ahogado. Nadé entre aquella nada, atraída por su grandiosa belleza.

- La verdad duele, Katherine...

Aquella palabras salieron de su boca, y me frenaron en seco. Ya no podía moverme. Y fue ella la que se acercó a mí, con su precioso camisón blanco flotando a su alrededor.

- ¿Me quieres? 

Fui consciente de que asentí, y se me humedecieron los ojos. Claro que la quería, y mucho.

- Y yo a ti.

Pero aquella vez fue diferente. Era mi madre, la real, la buena. Me sonrió, y la negrura comenzó a desaparecer. En su lugar, se empezaron a materializar unos muebles que me resultaban familiares. Hasta quedar la habitación al completo. La tristeza me invadió al ver todo aquello. Miré a mi alrededor, perdida, pero sonriendo con pena. Mi madre se encontraba sentada en una mecedora de madera, y me vi encoger, como si me agachara. Llevaba un vestido amarillo y blanco, precioso. Las lágrimas rodaban por mis mejillas, tan solo de recordar todo aquello.

- Ven aquí, osito.

Con paso muy torpe y lento, propio de una niña pequeña, me acerqué a ella.

- ¿Por qué llora mi pequeña? 

Me sentó en su regazo, y me sonrió dulcemente. Pero yo no podía dejar de llorar.

- Oh, no llores, osito mío... Mamá está aquí. Dime, ¿qué te pone triste? -dijo, haciendo pucheros.

La voz no me salía, apenas sabía hablar. Alcé mis manitas, para abrazarla.
Ella me acunó, tumbándome sobre sus cálidos brazos, pero las lágrimas recorrían mis mejillas.

- Ssh, pequeña... Todo pasará, créeme. Mami y Osito siempre están juntas, nada nos separará, cielo mío. Sonríe, no llores más, no merece la pena. Estás más guapa sin lágrimas, pequeña.

Pero aquello me hacía llorar aún más. Nada nos separará, pero eso es mentira. La muerte nos separó.

- Vida mía, mamá no quiere verte más llorar... 

Alzó una de sus manos, y me cerró los ojos, secándome las lágrimas. Lo vi todo oscuro, y eso me desesperó. Quise abrir los ojos, y volver a verla. Oí sus dulces palabras.

- Recuerda lo más importante, osito; mamá te quiere, y nunca te dejará sola. Pase lo que pase.

Su voz se quebró, y eso fue lo último que oí. Abrí los ojos con rapidez, al no sentir la presión de sus manos sobre mi rostro, pero en lugar de verla a ella, vi otros rostros.

- ¡Katherine! -gritó uno.

Me incorporaron varias manos.

- ¿Te encuentras bien?

No contesté, no me situaba. Cerré los ojos, sentada, y me llevé las manos a la cabeza.

- Sí, sí...

Noté sus miradas clavadas en mí. Me sentía incómoda, porque sabía que estaba llorando en silencio. La gente me estaba viendo derrumbada, y eso no me gustaba. Yo no era así.
Alguien me abrazó, y noté su pelo rozándome la cara. Diana.

- Estoy bien, en serio...

Se alejó de mí, mirándome. Todos estaban expectantes, salvo los hombres, que estaban alejados, comiendo y divirtiéndose.
Jacob y Harry me miraba con preocupación. Me levanté con su ayuda, y sentí que me mareaba. Demasiados sentimientos a la vez. Y sin perder tiempo, busqué a Harry. Le agarré la mano, y él me rodeó la cintura, mirándome con preocupación. Jacob nos miraba, tal vez con envidia, aunque eso yo no lo sabía.

- ¿Estás bien? -susurró.

- Creo que sí... -contesté.

Los hombres se levantaron, y comenzamos a caminar, sin darme tiempo ni siquiera a despejarme. Caminé en la parte de atrás del grupo, junto a Harry, él rodeándome la cintura, yo apoyando i cabeza sobre su hombro, pensativa.
No hablábamos, íbamos en silencio. Hasta que hablé.

- Te eché mucho de menos, ¿sabes?

- Y yo a ti, Katherine. -me sonrió.

Esbocé una pequeña sonrisa, mirando al frente.

- Juntos nos lo pasábamos muy bien. -dije, recordando aquellos momentos tan felices junto a él.

- Lo recuerdo como si hubiera pasado ayer.

Me pegué más a él, recibiendo su calor, olvidándome de todo, como pasaba siempre que estaba su lado.

- Cuando nos separamos, sentí que me faltaba algo. Y ese algo eras tú. -dije.

- Ya sabes que a mí me pasó lo mismo, Katherine. Fuiste mi única y mejor amiga. -dijo con cariño.

Y él fue mi único y verdadero amigo. El único chico que me quiso tal y como era, el único chico que me apoyó en mis peores momentos, el único que estuvo a mi lado siempre.
Y después de aquella fugaz conversación, no mantuvimos en silencio.

No sabía cómo decírselo, aunque él ya lo sabía. No tenía ni idea de cómo expresar mis sentimientos hacia él, porque no quería sentirme rechazada, que es lo que pasaría.
Y pensar en que no podría vivir junto a él, me hacía sentir perdida, sentía que no era nada.
Pero una parte de mí, la más seria y dura, me gritaba que me lo merecía. Porque un día, hace varios años, fui yo la que le rechazó, sólo porque estaba enamorada del maldito Jacob. A pesar del daño que me hizo, seguí empeñada en que no.
Y le perdí.
Mi oportunidad pasó, y ya no hay más.

Caminamos durante otro tanto de horas, hasta que nos pareció que era de noche. Los hombres decidieron parar para descansar y comer un poco.
Yo no comí nada, no tenía hambre, ni sed. Ni sueño. No podía dejar de pensar, de pensar en los malditos sentimientos que me estaban hiriendo en lo más profundo. Y mi corazón seguía roto, no sabía cómo recomponerlo.

Me aparté, con la mirada perdida, y abrazándome las piernas, encogida sobre mí misma. Vi de reojo cómo Elizabeth besaba a Jacob, y algo vibró en mi interior. ¿Celos?
Dios, quién sabe. Mi interior era un completo caos, no entendía nada.

Unos gritos de furia me despertaron de mi trance.
Abrí los ojos con sorpresa, y miré en dirección de los gritos.  Gwendolyn se intentaba zafar de un hombre, y miraba a otro con tanto odio...
Me levanté con rapidez, para acercarme.
El puño cerrado del hombro golpeó el rostro de Gwendolyn, rompiéndole el labio. Gwen gritó de furia y de dolor.

- ¡Cómo te atreves a hacerme esto! -gritó el hombre.

Tenía la otra mano llena de sangre, y me fijé que tenía una herida en el costado. La daga de uno de los hombres estaba en el suelo, manchada por la sangre de aquel hombre. Gwendolyn le respondió con un bufido de odio, y este le propinó otro puñetazo.

- ¡Ya basta! -grité.

Me interpuse entre ambos, decidida a protegerla.

- Apártate de en medio. -me espetó el hombre.

- Déjala en paz. -rebatí yo.

Me empujó, cansado de mi arrogancia, apartándome de su camino. Pero fui rápida, y me coloqué en mi posición, delante de Gwendolyn.

- He dicho que la dejes en paz. -bufé.

Él resopló, se agachó, y cogió la daga. La empuñó con fuerza, y nos miró.

- Apártate, te repito.

Yo no me moví, me quedé quieta. El silencio nos envolvía.

- Quitadla del medio. Esa rubia va a morir sí o sí. -gruñó.

Un brazo fuerte me agarró y tiró de mí, apartándome de su camino. Yo proferí un grito de sorpresa, para distraer al de la daga. Pero hizo como que no me escuchó, porque empezó a caminar hacia Gwendolyn, que le miraba desafiante.

- Adelante, sucia rata. Mátame. Mátame de la misma manera que mataste a mis padres. -dijo ella, valientemente.

El hombre se quedó quieto, procesando sus palabras, para intentar recordar algo. Me intenté zafar de los fuertes brazos que me aprisionaban.

- Lo haré, jovencita. -respondió el de la daga, dedicándole una sonrisa torcida.

Se acercó aún más a ella, pero había bastante distancia entre ellos. El hombre alzó la daga, con expresión victoriosa, y Gwendolyn no le quitaba ojo de encima. Grité, sin darme cuenta, y justo en ese momento, me sacudí, pillando desprevenido al que me sujetaba, y conseguí escapar de sus brazos.
Corrí lo más rápido que pude, para colocarme ante Gwendolyn.
Oí el grito de Gwen, mezclado con el mío propio.
Pero uno era de aviso, y otro era de puro dolor.

El filo de la daga había atravesado mi piel, no podía notar dónde, porque en realidad me dolía todo el estómago entero.
Me vi cayendo al suelo, y el hombre, a mi lado. Cerré los ojos, y caí de espaldas. El hombre gruñó, pero yo sólo oí un ruido lejano, tal vez demasiado.
Mi corazón latía desbocado, y mi cuerpo perdía sangre. Jadeé, con demasiado dolor.
Cuando abrí los los ojos, me vi en la misma situación de antes; todos a mi alrededor, pero esta vez, mucho más preocupados.

Ya no sentía nada. Sabía que me habían sacado la daga, y que intentaban por todos los medios parar la hemorragia, pero el dolor era tan extremo, que ya no lo sentía.
Tenía los músculos agarrotados, y toda la zona del abdomen dormida.

- ¡Katherine, Katherine! -gritó Jacob.

- ¡Era estúpida! -gritó cariñosamente Gwendolyn. -¡Pero qué has hecho!

Yo esbocé una leve sonrisa, concentrándome en respirar, principalmente.

- Vas a salir de esta, tranquila... -susurró Harry.

- Lo sé, lo sé. Claro que voy a salir de esta... -contesté, entrecerrando los ojos.

Mi voz se cortó, y mis palabras quedaron en el aire.
Respira.
Respira.
Mi corazón seguía latiendo, pero muy despacio.
Me sentía muy débil.
Pero iba a salir de esta, seguro.
Y cerré los ojos, sin sentir nada, flotando, abandonando todo, sumiéndome en la más profunda y densa oscuridad.

8 comentarios:

  1. Ains que cuqui que es mi Jacob :') He cambiado de idea,quiero que se case conmigo en vez de com Kathy... ^.^ Te quiero amor <3

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    1. Ya ya xD Eso no va a ser posible jijiji ^^ Te quiero cariño! :)

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    2. Si que es posible.. Ya verás el día que nos casemos... Te quiero cielo <3

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    3. Ya ya ya ¬¬
      Te quiero muchitooo!

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  2. Me encantaa April!!!
    Espero que cuando ya no haya exámenes y en verano sigas subiendo tus maravillosos capítuloss!!
    No paress nuncaa que escribess geniaal

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    1. Muchísimas gracias!!
      Sí, por supuesto! No pienso dejarlo, por ahora, esto no se acaba hasta que ponga FIN xD
      Ya sabes que yo pienso lo mismo de TODAS tus historias, Criskti! :)

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  3. Que bonito!!!!! Me ha encantado....y espero que salga de esa, porque sino...adiós a la historia!!

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    1. Muchísimas gracias, Violet! Sí, jajajaja, ya veras, ya verás...
      Besos!

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