Diario del Mar

"Me llamo Katherine Greenwood Wells, tengo dieciocho años. Nací en una cuna hecha de olas, mecida por el vaivén del maravilloso océano. El mar corre por mis venas. Mi madre se llamaba Anne Wells, y falleció cuando yo había cumplido seis años. Mi padre, Alfonso Greenwood, me enseñó todo lo que sé sobre el mar, pero por desgracia, desapareció hace dos años, sin dejar rastro. Y desde entonces, no he dejado de buscarle."




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domingo, 3 de junio de 2012

DDM: Capítulo 13

Aquí os dejo el 13! Espero que os guste ;)


Llevábamos cinco horas caminando sin descanso. El sol brillaba con intensidad, y ni siquiera las entramadas ramas de los árboles podían evitar que los rayos nos llegaran. Cerré los ojos, sin soltar la mano de Harry.
Jacob no abandonaba mi mente, ni me dejaba pensar en otra cosa.


"Caminamos de la mano, juntos, por el muelle. Y cómo no, tiemblo de la emoción. Jacob estaba conmigo, y ahora, era mío. Siempre que estaba con él, me era imposible reprimir las lágrimas. Pero no lágrimas de tristeza, sino de felicidad. Me costaba creer que Jacob estuviera junto a mí, pero esa era la verdad.

- Venga, no llores, Kathy.

- Es que... lo siento, pero no puedo evitarlo. Esto me parece... increíble. -sonreí.

Alza su brazo derecho, y me seca las lágrimas con el dorso de su mano. Se queda mirándome, y me sonríe con dulzura. ¡Qué ojos! Se inclina, porque es un poco más alto que yo, y me da un beso en la mejilla. Y yo sin pensarlo, le abrazo, rodeándole torpemente, pero con fuerza. 
En ese momento, se separa de de mí, porque oímos voces. 
Sus amigos vienen, y la chica con la que estuvo antes que yo, junto a ellos. 

- ¡Eh, Jake! -exclama uno.

Él les sonríe, y les saluda con una mano. La chica resopla, se cruza de brazos, y desvía la mirada. 

- ¿Qué haces todavía con ella? ¡Vamos!

Jacob me abraza, y se despide de mí:

- Te quiero, Kathy. No vemos.

Me dedica una de sus impresionantes sonrisas, y se va corriendo, hacia sus amigos. Y ahí me quedo yo, inmóvil, mirándoles, observando cómo el chico de mis sueños desaparece, ignorando lo que pasará en unos días."


- ¿Te acuerdas de cuando éramos pequeños? -me sonrió Harry, sacándome de mis recuerdos.

- Claro, cómo iba a olvidarme... -suspiré.

- No, a esos no, boba. Me refiero a cuando imaginábamos que surcábamos los mares en el barco de tu padre, y que éramos los capitanes.

- Ah, ya, esos. Sí, claro que me acuerdo. -sonreí ligeramente.

- Oye, ¿estás bien? Te noto... diferente.

Miré al frente, y tardé en contestarle. ¿Qué podía decirle? "No sé, creo que me he enamorado".

- Nada, estoy perfectamente. Es solo que tengo un mal presentimiento.

Él asintió, y seguimos caminando en silencio, como habíamos hecho hasta ahora.

Media hora más tarde, aproximadamente, frenamos en seco.

- ¿Oís eso? -preguntó uno de los enemigos.

Nos quedamos en silencio, aguzando el oído.
Parecía... ¡Agua! Un río, y a juzgar por el sonido, parecía una corriente de agua bastante generosa. Los hombres echaron a correr, y les seguimos por detrás, hacia aquel sonido de agua. Pocos minutos después, no paramos a orillas de un río bastante revuelto y lleno de rocas. El agua transcurría a una velocidad vertiginosa.
Los hombres se miraron entre sí, y aprovecharon para rellenar las desgastadas cantimploras. Después, se levantaron, y nos miraron.

- Creo que debemos cruzar el río, será lo mejor.

Asentimos a duras penas. Iba a ser una tarea difícil, ya que parecía muy peligroso.
Los hombres parecían tontos, pero no lo eran. Ellos no iban a arriesgarse. Cogieron del brazo a Jacob:

- Serás tú el que cruce primero el río.

Jacob asintió, y observó el agua. No tenía miedo, él nunca tenía miedo. Observé su espalda... y me obligué a concentrarme. Jacob adelantó una pierna, y la introdujo en el agua. Sus brazos estaban en tensión, apoyadas en una gran roca de la orilla. Metió la otra pierna, y perdió durante unos segundos el equilibrio, pero volvió a erguirse. Dios unos pasitos por el río, pisando el fondo irregular del río. Se resbaló, pero consiguió no caer.

- Todo está lleno de piedras, la corriente es muy fuerte, y todo resbala mucho. -informó, sin miedo en su voz

Me retorcí las manos con miedo, mi cuerpo estaba en tensión, por si acaso. Temía que...
Jacob siguió avanzando, y en un momento, se agachó tanto que se mojó entero, pero no se dejó llevar por la corriente, ya que se aferró a una roca. Siguió caminando, casi sumergido entero. Se notaba que eso era más profundo.

Elizabeth no le quitaba el ojo de encima.
De pronto, sentí más miedo que nunca. Jacob se sumergió entero, y volvió a aparecer segundos más tarde, pero no tenía ningún lugar donde agarrarse... Con lo cual, la corriente lo arrastró río abajo. Pedía ayuda, y se iba chocando con la rocas, lo que le hacían callarse de repente, y ahogarse.

- ¡Jacob! -exclamé, a la vez que Elizabeth.

No lo pude evitar, y como una tonta enamorada, me metí en el rió, y me dejé arrastrar.
A mis espaldas escuché a Harry llamándome, y el chapoteo de alguien tirándose al río. Sentía pinchazos en la piel, las rocas me arañaban, pero eso no me importaba. Tragué demasiada agua, y me puse a toser mientras me llevaba la corriente. Varias veces me sumergí del todo, y al chocar contra las rocas, me quedaba sin aire.
Perdí de vista a Jacob en una pronunciada curva, pero al pasarla, le vi, apoyada en una roca, con los ojos cerrados y respirando entrecortadamente.

- ¡¡Jacob!! -le llamé.

Abrió los ojos con lentitud y me miró, sin sentimiento alguno. Nadé, para llegar más rápido, pero eso me hacía ir peor. Maldita corriente.
Justo cuando llegaba a la roca, estiré un brazo, para que él me cogiera de la mano, pero en ese momento, se resbaló, y estuvo a punto de volver a ser arrastrado por la corriente, pero fui rápida, y con un impulso, le agarré de la mano.

Me agarré como pude a la roca, con dolor, y tirando del cuerpo malherido de Jacob. Le acerqué a mí, y me miró, con los ojos entrecerrados. Me abrazó con fuerza, cuando estuvimos seguros de que no podíamos ser llevado por la corriente.
Pero unos segundos más tarde, apareció Elizabeth, gritando, y se intentó agarrar a mí, lo que me hizo soltarme de la piedra, y comencé a descender río abajo, detrás de Elizabeth, arrastrando conmigo a Jacob...

Iba de espaldas, y un golpe contra una roca me dejó sin respiración. No solté la mano de Jacob, quién se acercó más a mí, y me rodeó la cintura.
Caíamos los dos juntos, y aquel trayecto se me hizo eterno... y doloroso.

Harry venía por detrás, medio ahogándose. Y entonces, en una zona de rápidos, de bastante profundidad, Jacob y yo nos sumergimos bastante, y...
Noté un dolor agudo en la sien. Me había golpeado con una roca, al igual que Jacob. Pero él se había quedado inconsciente.
Desorientada, nadé hasta la superficie, tirando de él. Cogí aire con fuerza, y observé con horror que la sien de Jacob sangraba mucho.

Alcé la vista, y me di cuenta de que nos acercábamos a una cueva bastante oscura. Pensé que ahí acabaría todo aquel infierno, pero cuando entramos en la cueva, todo fue peor... Justo al entrar, no seguía en línea recta y pronunciadas curvas... Había una enorme cascada, demasiado alta para mi gusto...

Lancé un grito desesperado, todo me daba vuelta, y comenzamos a caer. Me aferré al cuerpo inconsciente de Jacob. Lancé otro grito, una roca puntiaguda me rasgó la espalda.
Fueron minutos espantosos, llenos de angustia y terror, hasta que con un golpe seco, chocamos contra la superficie revuelta del río. Elizabeth no dejaba d gritar, con toda la razón, pero no oí a Harry...
Me asusté, pero bastante tenía con Jacob...

El siguiente recorrido estaba plagado de puntiagudas rocas, que nada más tocarlas, te cortaban. Las curvas eran todavía más pronunciadas, todo seguía revuelto, y atravesamos numerosas cascadas, pero ninguna tan alta como la primera...
Me faltaba el aire, estaba segura de que tenía los pulmones encharcados de todo el agua que había tragado mientras intentaba respirar, y la cabeza me daba vueltas, junto a las punzadas de dolor en la sien.

Volví a lanzar un grito de miedo, que resonó por todas partes de aquella cueva rocosa, devolviendo un eco que ponía la carne de gallina... Otra cascada, casi de igual altura que la primera, amenazaba unos metros más adelante. Me aferré con fuerza al cuerpo de Jacob, y caímos, y caímos... sin tocar el agua que estaba a nuestra espalda... Era como caer de un precipicio. Cerré los ojos, y sin poder evitarlo, susurré un leve "Te quiero".

Chocamos contra superficie de agua, con un golpe sordo. Pensé que todo había acabado, pero el picor de la espalda me sacó de aquel trance. Me impulsé contra el suelo, y salí a la superficie. Allí, el agua estaba mucho más calmada, y nos arrastró con suavidad a una orilla, en la que se encontraba Elizabeth, sangrando, y tosiendo, escupiendo el agua de sus pulmones.

Me impulsé con la poca fuerza que me quedaba, y me quedé con medio cuerpo fuera, y medio dentro del agua. Cerré los ojos, después de haber subido a Jacob, e intenté respirar. Noté que me ahogaba, y noté unas terribles arcadas.
Me incorporé como pude, y me alejé unos metros de Elizabeth y de Jacob, y vomité en una esquina. Cerré los ojos, mareada, y con las piernas temblorosas. Más arcadas, apenas podía respirar, pero esta vez no vomité. Tosí con fuerza, escupiendo el agua que había en mis pulmones. Me dejé caer al suelo, cogiendo aire. Me dolía todo el cuerpo.

Unos minutos más tarde, llegó Harry, desorientado y mareado, y repitió el mismo proceso que yo había hecho.
Me acerqué al cuerpo de Jacob tambaleándome.

- Jacob, despierta... por favor, Jacob... Dime algo... -susurré.

Le zarandeé débilmente. Elizabeth se acercó a mí, a gatas, y temblando violentamente. Se puso al otro lado de Jacob, y las dos intentamos reanimarle, pero no despertaba.
Me di cuenta de la sangre que brotaba de su sien, y rasgué un trozo de mi camisa, para limpiarle la herida. Era muy grave.
Elizabeth gritó su nombre:

- ¡Jake, despierta, dime algo!

Tenía los ojos lloroso, pero yo no podía permitirme eso. Me fijé en que no... en que no respiraba.
Me temí lo peor.

- ¡Jacob! -exclamó, sollozando.

Me dejé caer, sentándome. Me recogí las piernas con los brazos, observando su rostro pálido y bañado de sangre. Era estúpida. Completamente estúpida. Le había perdido por segunda vez, y estaba segura de que ya no habría más oportunidades. Temblaba de miedo y de dolor. Las lágrimas humedecieron mis ojos. No... no podía abandonarme de esta forma...

Pero por arte de magia, oíamos el ruido de toses. Las dos, con los ojos brillantes, le miramos. Y pudimos observar, con la mayor alegría del mundo, cómo Jacob tosía con violencia, escupiendo todo el agua, y abría los ojos con lentitud.

- ¡Jake! -exclamó Elizabeth, abrazándole.

Él se incorporó con dolor, y nos miró.

- ¿Estáis bien? -fue lo primero que dijo.

No pude evitar esbozar una sonrisa. Desvié la mirada, y me di cuenta de que Dan y Diana también estaban allí. Y los hombres comenzaron a llegar, gritando de miedo, seguidos del resto de la tripulación.

Todos habíamos acabado bastante mal, pero sobre todo yo. Porque no solo tenía heridas superficiales; también tenía herido el corazón.
Ver cómo Elizabeth y Jacob se abrazaban, y se besaban, me hacía aún más daño. Y eso era una clara señal de que quería a aquel joven, y mucho, me gustara o no.

6 comentarios:

  1. Me encanta :') Me ha dolido hasta a mí el trayecto jajajaja Yo quiero que se quieran,pero no que quiera a la furcia esa....... MUAJAJA Te quiero <3

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    1. Jjajajajaj Creo que a mí también xD Ya se verá que pasa :)
      Te quieroo! <3

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  2. Ohh!!
    Un trajecto muy maloo, pero encantadorr!!
    Espero el siguiente cuanto antes y me encanta que los capítulos sean tan largoss.

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    1. Sí, la verdad jajaja :) Mañana el siguiente! ^^
      Por ahora, me he dicho que sean así de largos todo :)
      Un beso!

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  3. Qué trayecto más...más...no me salen las palabras XD
    Está muuy bonito, y ojalá se enamoren!!! ^^

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    1. Muchísimas gracias por pasarte! ^^
      Ya se verá que pasa :)
      Un besoo!

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